El vino espumante tiene la habilidad de hacer que cualquier día parezca una celebración, y entre la amplia oferta del universo de espumantes, uno puede encontrarse con algún ejemplar de Cava. Desde luego que el Champagne goza de un status que tranquilamente puede adjetivarse como legendario. Semejante prestigio trae aparejado, de manera necesaria un precio elevado, convirtiéndose, de ese modo, en un capricho o un lujo.
Por otro lado, opciones tales como el Prosecco y el Crémant d’Alsace también cuentan con una leal base de fanáticos. Sin embargo, el Cava se empeña por destacarse. Este vino español es apto para beber acompañado la comida, en razón de que su efervescencia resulta fácil de beber. Por otro lado, vale la pena explorarlo dado su costo accesible y asequible.
Qué es Cava
Por supuesto, siendo que las comparaciones son inevitables, el Cava es apodado el Champagne de España. Es un vino espumante con burbujas pequeñas y refinadas. El nombre llega del área de Denominación de Origen homónima. Entre sus particularidades, cabe señalar que pueden hallarse opciones en formato blanco y rosé. Asimismo, la mayoría de los vinos Cava no presentan añada, lo cual indica que es el resultado de un blend de vinos de diferentes años. Por supuesto que el nombre es una referencia directa a las cavas en las que se disponen los vinos para su añejamiento.
El contraste que salta primero a la vista de los ojos no expertos entre Cava y Champagne es indudablemente el precio. Efectivamente, en promedio existe una diferencia de unos 30 dólares norteamericanos entre uno y otro. Sin embargo, por más seductora que sea la diferencia en precio, esa no es la única característica que debe inclinarnos a optar un un ejemplar de Cava.
Este vino fue considerado por muchos años como uno de calidad pobre o baja. En un acto de justicia reparadora, hoy en día, los vinos Cava están subiendo casilleros en todos los rankings mundiales. Los productores de Cava están concediendo mucha importancia a la calidad y, por consiguiente, están consiguiendo captar la atención de los consumidores que tienden especialmente al tipo de vino espumante, los cuales, a su vez, buscan beberlos con más frecuencia. Asimismo, se encuentran trabajando en una edición de Cava añejo que podría competir en términos de calidad y precio con los ejemplares más representativos del Champagne de alta gama.
Método de elaboración
Del mismo modo que el Champagne, pero en contraste con el Prosecco, el Cava se elabora empleando el método tradicional. Es decir, aquello que los franceses denominan méthode champenoise, o fermentación en botella. Esta técnica supone un proceso de varios pasos, los cuales incluyen una segunda fermentación en botella, en lugar de llevar a cabo la fermentación en un tanque. A ello le sigue una crianza por un tiempo prolongado antes del lanzamiento a la venta al público. Es así que se lo considera, por lo tanto, un vino espumante de gran calidad.
Este método de producción es, en parte, responsable del elevado costo de los Champagnes, ya que requiere de tiempo, espacio, mano de obra y supervisión con tal de asegurar un producto final de calidad. El Prosecco, por otro lado, se elabora usando el método charmat (es decir, en un crianza en tanque). Esto implica que el vino deviene espumante en el tanque, previamente a ser embotellado.
En lo que respecta a los tipos de uva, los vinos Cava se elaboran principalmente a partir de tres tipos de uvas nativas: Charelo, Macabeo y Parellada. Sin embargo, esta combinación no es exclusiva, ya que también son aceptadas inclusiones de Chardonnay y Pinot Noir. Los ejemplares Rosados de Cava, por su parte, se elaboran de uvas tintas Garnacha, Monastrel, Pinot Noir y la variedad catalana Trepat.
