El mercado inmobiliario argentino cierra el 2024 con signos alentadores, a pesar de haber atravesado un año desafiante marcado por el aumento sostenido en los costos de construcción. El índice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) creció un 50 % durante el primer cuatrimestre, impulsado por la devaluación del dólar oficial hacia finales de 2023. Sin embargo, esta tendencia comenzó a desacelerarse en el segundo semestre, con un incremento mensual de solo el 1 % en octubre.
Uno de los factores que impactaron al sector fue la baja en el valor del dólar paralelo, lo que elevó el costo de construcción medido en dólares de aproximadamente 1.400 a 1.900 dólares por metro cuadrado. Este incremento llevó a los desarrolladores a ajustar gradualmente los precios de venta, un proceso que, aunque inevitable, no ha sido del todo absorbido por los compradores, quienes ven cómo sus ahorros en dólares pierden poder adquisitivo frente a los costos en alza.
Créditos hipotecarios y dinamismo en el mercado
El resurgimiento de los créditos hipotecarios fue una de las noticias más positivas del año para el sector. Este factor ha reactivado el mercado de departamentos usados, aunque su participación sigue siendo limitada, sin alcanzar aún los dos dígitos. Por el contrario, las propiedades a estrenar enfrentan desafíos adicionales, como demoras en las escrituras y obstáculos notariales, que dificultan su financiamiento.
A pesar de estos contratiempos, el mercado inmobiliario cerró el año con un notable aumento del 25 % en las operaciones de compraventa, acompañado de un creciente interés por parte de los desarrolladores en adquirir terrenos para nuevos proyectos. Este dinamismo refleja la confianza en la recuperación del sector y en la estabilidad macroeconómica alcanzada, lo que ha vuelto a posicionar a los inmuebles como una opción atractiva para proteger el valor del capital.
Perspectivas para 2025
El panorama para el 2025 se perfila optimista, con expectativas de continuidad en el crecimiento y movimiento del mercado inmobiliario. Los desarrolladores están apostando por proyectos más ambiciosos, en terrenos de mayor tamaño y con obras de gran envergadura. Aunque el costo de la construcción continúa al alza, se espera que pueda trasladarse a los precios finales de venta, preservando el atractivo de la inversión en ladrillos.
Uno de los factores clave que podría potenciar el mercado es el blanqueo de capitales, que permitiría incorporar nuevos compradores interesados en formalizar sus ahorros a través de la adquisición de inmuebles. Este incentivo, sumado a la competitividad de los precios locales frente a otras plazas de la región, refuerza la percepción del ladrillo como refugio seguro y rentable.
Estabilidad macroeconómica
La estabilidad macroeconómica alcanzada hacia finales del 2024 es otro de los pilares que sostienen las expectativas positivas para el próximo año. Esta estabilidad, combinada con incentivos como el blanqueo y una tradición histórica de los argentinos de valorar los inmuebles como resguardo de valor, proyecta un 2025 con expansión sostenida para el sector inmobiliario.
El mercado anticipa un año con mayor actividad, crecimiento en la cantidad de operaciones y un renovado interés en el desarrollo de proyectos de gran escala. De mantenerse estas condiciones, el 2025 podría consolidarse como un período de recuperación y fortalecimiento para la industria de la construcción y el mercado inmobiliario argentino.