Con el verano en puerta y la amenaza de cortes de luz acechando, el Gobierno nacional, liderado por Javier Milei, ha diseñado un plan de contingencia que busca mitigar los riesgos de interrupciones en el suministro eléctrico. Este plan combina medidas urgentes, como la incorporación de barcos generadores de electricidad y la compra de energía a países vecinos, con una visión a largo plazo que incluye inversiones en infraestructura energética.
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (Cammesa) negocia con la empresa turca Karpowership para traer al país dos barcos flotantes generadores de electricidad. Estos buques, actualmente anclados en Brasil, podrían aportar entre 500 y 1.000 megawatts (MW) de energía al sistema interconectado argentino.
Se trataría de la primera vez que Argentina recurre a este tipo de tecnología, que utiliza gas natural licuado (GNL) o gas argentino como combustible. Los barcos atracarían en el Puerto de Buenos Aires, cerca de la Central Puerto, aunque el Gobierno aún debe resolver cómo se realizarán las conexiones técnicas necesarias. Según fuentes del sector, se prevé un contrato inicial de 24 meses, ya que los problemas de generación eléctrica podrían intensificarse en 2026.
Compra de potencia a Brasil y otros incentivos
Otra de las estrategias contempla la compra de 1.000 MW de potencia eléctrica a Brasil. Sin embargo, esta opción depende de la disponibilidad de agua en las centrales hidroeléctricas del país vecino. Si bien los pronósticos de lluvias han mejorado recientemente, el escenario podría cambiar con el paso del tiempo, afectando las posibilidades de importación.
De manera paralela, el Gobierno ha impulsado incentivos para que las generadoras eléctricas locales activen sus máquinas de generación térmica, muchas de las cuales son obsoletas y menos eficientes. Además, se implementará un esquema de compensación para Grandes Usuarios Industriales que decidan reducir su consumo en los momentos de mayor demanda, favoreciendo así la disponibilidad de energía para los hogares.
Inversiones en infraestructura
La Secretaría de Energía, liderada por María Tettamanti, ha anunciado el lanzamiento de una licitación para ampliar las redes de alta tensión, un segmento que no ha recibido inversiones significativas en los últimos diez años. El primer proyecto, con un costo estimado de USD 1.000 millones, busca reforzar el sistema en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y será financiado mediante un cargo en las facturas de los usuarios, con un plazo de repago de tres años.
Sin embargo, esta propuesta generó tensiones en la Casa Rosada, donde se teme que un nuevo cargo en las boletas sea percibido como un impuesto adicional, especialmente en un contexto económico sensible. Por ello, se analizan alternativas de financiamiento a mayor plazo para evitar el impacto inmediato en las tarifas de los hogares.
Un sistema al límite
El foco principal del plan está en el AMBA, la región que concentra la mayor demanda de electricidad del país, con un pico de consumo que puede alcanzar los 12.000 MW durante las horas más calurosas del día. Este nivel de exigencia depende en gran medida del uso masivo de aires acondicionados, que representan el 40% del consumo eléctrico nacional en verano. Según estimaciones de Cammesa, el récord de demanda del verano pasado, de 29.653 MW, podría superarse en 2025 con más de 31.000 MW.
Un verano de desafíos
El plan oficial combina medidas inmediatas y estructurales para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico durante el verano, un período en el que la fragilidad de la red, agravada por décadas de desinversión y tarifas congeladas, se pone a prueba. La incorporación de tecnología innovadora, como los barcos generadores, y la búsqueda de acuerdos internacionales para importar energía son pasos en la dirección correcta, aunque los desafíos persisten.