No hay dudas de que Fernando Dente supo hacerse su lugar como conductor en la pantalla chica, y es que la estrella de la comedia musical conduce todos los domingos su propio programa en América TV, Noche al Dente. Todos los fines de semana el artista recibe a diversas figuras del mundo del espectáculo, que abren su corazón frente a él.
En esta oportunidad Fernando Dente recibió a Delfina Gerez Bosco y Ricky Diotto, el ex de María Fernanda Callejón. “¿Quién fue el primero en conocer al hijo del otro?», quiso saber el conductor, a lo que ella respondió: «Los 2 juntos fue… En mi caso, a mi hijo, le dije que me estaba gustando alguien. Mi hijo tiene 6 pero es re vivo, es un señor grande en un cuerpito de un nene de 6».
“Le fui contando quién era, le mostré una foto y después de eso se lo presenté. Le dije que era quien me gusta. Me preguntó si era mi novio y mi respuesta fue… `creo que sí`», continuó Delfina Gerez Bosco, visiblemente enamorada. «Estuvo muy bueno porque al toque que se conocieron entre los chicos. Se llevaron súper bien, tienen edades similares», agregó él.
“La hija de él quiere los 4 juntos ya… pero desesperadamente. En cambio mi hijo me dijo que no me quiere compartir», señaló Delfina Gerez Bosco. «Tenemos con los chicos pero estamos un poco acá, un poco allá. Yo vivo en Pilar y ella en el centro. Entonces vamos y venimos. Los chicos quieren vivir juntos los 4, así que vamos a ver», apuntó por su parte Ricky Diotto.
«La hija de Ricky dice que ellos son como hermanos. No tienen los tiempos de los grandes», sumó Gerez Bosco. “Mi situación legal está en stand by, a la espera. Es una camino largo y más difícil. Con mi hija trato de que sea La vida es bella, que todo pase. En algún momento nos vamos a poner de acuerdo. Yo creo que eso va a suceder. Mi hija es mi único motor”, sentenció Ricky Diotto.
Fernando Dente conmocionado
Muy movilizado se vio Fernando Dente al escuchar el fuerte testimonio de Raquel Mancini: «Me cagaron a trompadas, sufrí violencia de género, me desfiguraron la cara. Tuve que ocultarme frente a mi familia y frente a la gente. La pasé muy mal. Más allá de los golpes, me humillaron. La humillación duele más que los golpes. Y mentir, y ocultar, y no ser…».
«Era yo, pero lo hacía para no lastimar a los otros, no por mí. Yo no quería que las personas que me quieren, que estaban cerca mío, me vieran así y yo trataba de alejarlos un poco, que no me vieran con un ojo mal, o llorando, o me vieran mal cuando estaba con esa pareja. Mi familia me rescató. Me fueron a buscar mi mamá y mi papá. Me fui a vivir a Quilmes con un representante de jugadores de fútbol, Gustavo Mascardi, un monstruo», contó.