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POLÍTICA

El bloque K en Diputados vive una crisis: cuestionamientos hacia la conducción del PJ y el temor de nuevas fugas

El bloque K enfrenta desafíos serios para mantener su cohesión y relevancia política de cara al siguiente período electoral.

Diputados

La interna entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof ha puesto en alerta a un sector del peronismo, especialmente tras la salida del santafesino Roberto Mirabella del bloque de diputados de Unión por la Patria (UxP). La preocupación crece por las posibles fugas dentro del bloque, alimentadas por las diferencias con la conducción kirchnerista y la falta de un enfoque más federal para el principal partido de la oposición.

Mirabella no fue el único en expresar su malestar. Desde dentro de UxP, circulan rumores sobre otros legisladores dispuestos a abandonar el bloque, aunque aún no está claro cuántos ni cuándo se sumarán al éxodo. Algunos estiman que alrededor de 20 representantes, principalmente del sector federal, podrían tomar la decisión de dejar la bancada antes de febrero, fecha clave en el calendario electoral, cuando la coalición pondrá en juego 46 bancas en la Cámara Baja.

El clima tenso entre los diputados se ha visto agudizado por la persistente lucha de poder entre Kirchner y Kicillof. El gobernador bonaerense busca apoyo para avanzar con el presupuesto 2025, mientras que figuras como Victoria Tolosa Paz, Santiago Cafiero y Hugo Yasky prefieren dar la pelea dentro del bloque, esperando respaldo para el gobernador. Sin embargo, la complejidad de la elaboración de listas para las elecciones del próximo año sigue siendo un tema conflictivo.

Los diputados sin respaldo provincial

En contraste con aquellos ligados a una gobernación, como los riojanos que dependen de Ricardo Quintela o los catamarqueños alineados con Raúl Jalil, hay un grupo de diputados sin apoyo territorial que se sienten excluidos del debate interno. Nombres como Guillermo Snopek (Jujuy), Liliana Paponet (Mendoza) y Walberto Allende (San Juan) se han sentido desplazados por la falta de protagonismo en la estrategia del bloque kirchnerista. Esto ha agudizado las tensiones dentro de la bancada, donde muchos se sienten al margen de las decisiones y la agenda del bloque.

La crítica a los viejos liderazgos y el malestar con La Cámpora

La salida de Mirabella no fue una sorpresa. En su mensaje de despedida, el exdiputado santafesino cuestionó los viejos liderazgos del peronismo, especialmente el de Kirchner, y criticó la falta de autocrítica del kirchnerismo por la situación política de las últimas dos décadas. Para muchos en el bloque, estas declaraciones resumen el malestar de un sector que no se siente representado por los actuales líderes del espacio. La agenda impuesta por La Cámpora, que en muchos casos ha dejado fuera de la discusión a los diputados más cercanos al kirchnerismo tradicional, ha exacerbado la división interna.

Uno de los puntos más conflictivos fue la postura de Germán Martínez, jefe de la bancada, quien fue percibido como aliado de Kirchner durante las internas del bloque. Esta situación ha generado un ambiente de frustración, donde muchos diputados aseguran estar «hartos» del manejo centralizado del bloque y la estrategia del oficialismo.

El balance de un año complicado

A pesar de los esfuerzos del Gobierno por mantener la unidad, el balance del bloque kirchnerista en la Cámara Baja durante 2024 fue mixto. Si bien se lograron algunas victorias, como la derogación del DNU que aumentaba los gastos reservados de la SIDE y la aprobación del financiamiento universitario y la movilidad jubilatoria, estas iniciativas fueron en gran parte resultado de acuerdos con la UCR y bloques opositores. La falta de una agenda propia sólida del kirchnerismo fue de los principales cuestionamientos de aquellos dentro del bloque que se sienten marginalizados.

El panorama electoral y la fragmentación interna

El escenario de cara a las elecciones de 2025 sigue siendo incierto. Aunque el kirchnerismo comenzó la gestión con 105 escaños, la salida de varios legisladores ha reducido significativamente su número, quedando con un total de 98 representantes, de los cuales algunos provienen de provincias como Catamarca, donde algunos se alinearon con los libertarios. En este contexto, la crisis interna se profundiza y el bloque K enfrenta desafíos serios para mantener su cohesión y su relevancia política en el próximo periodo electoral.