De las 228 películas nacionales estrenadas este año, solo 94 lograron superar las 1.000 entradas vendidas, una cifra que evidencia la baja asistencia a las salas. En total, el cine argentino alcanzó menos de 800.000 espectadores, frente a los 33.000.000 millones de tickets vendidos en toda la Argentina.
De acuerdo a datos del INCAA, el filme nacional más visto fue El jockey, de Luis Ortega, con solo 122.000 espectadores, seguido por Culpa cero, con 74.000. En comparación, Muchachos, un documental sobre el Mundial 2022, lideró en 2023 con más de 1,15 millones de entradas vendidas. Este contraste refleja el impacto de la falta de «tanques» nacionales capaces de atraer al gran público.
Aumentos en los precios: otro factor clave del declive
La inflación y el aumento del precio de las entradas también contribuyeron a la baja. El costo promedio de un ticket en diciembre de 2024 fue de $4.500, casi el doble que en 2023, cuando promediaban $2.500. Esta suba, combinada con la caída del poder adquisitivo, dificultó aún más el acceso al cine, especialmente para las familias.
Por otro lado, el cine internacional también experimentó una merma en títulos atractivos. Grandes producciones como Wicked o Furiosa no lograron conquistar al público argentino, a diferencia de éxitos globales como Intensa Mente 2, que recaudó más de 6,5 millones de entradas y se consolidó como el filme más taquillero del año.
Falta de políticas de fomento
El INCAA, bajo la presidencia de Carlos Pirovano, enfrenta críticas por la eliminación de la cuota de pantalla para el cine nacional. Este cambio, junto con regulaciones que dificultan el acceso a subsidios, impactó directamente en la producción de películas. Aunque hay 84 proyectos completados pendientes de estreno, los resultados de las nuevas políticas se verán recién en 2025.
La producción independiente también se encuentra en una situación crítica, mientras que los grandes estudios colaboran cada vez más con plataformas como Netflix, como es el caso de El eternauta, una ambiciosa serie que se espera para 2025.
Un futuro incierto para el cine nacional
El cine argentino está en una encrucijada. La falta de películas que convoquen al gran público afecta directamente la financiación del sector, que depende de estos «tanques» para sostener producciones más pequeñas y riesgosas. La crisis actual plantea la necesidad de replantear las políticas de apoyo y estrategias para recuperar espectadores en las salas.
