El senador nacional ultrakirchnerista Oscar Parrilli caminó por la borda este jueves. Es que la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, solicitó que se trate su expulsión por estar procesado en la casa por el atentado a la AMIA, lo cual despertó en la mano derecha de Cristina Kirchner un momento de furia contra la número dos de Javier Milei en el Poder Ejecutivo, tal punto que la tildó de “burra”.
Ya desde antes de comenzar la sesión del Senado, Parrilli estaba desencajado. Si bien afirmó no estar preocupado, llamó “burra” a Villarruel y dijo que el Gobierno nacional busca desviar la atención porque “tiene miedo” de que el recientemente expulsado de la Cámara alta Edgardo Kueider, detenido en Paraguay con US$ 200.000 sin declarar, “cuente de dónde vino la plata y quién se la dio”.
“Quieren tapar el sol con la mano. No saben cómo hacer para salir de esta situación que tienen con Kueider y lo que están haciendo es tratar que no hable porque tienen miedo. ¿De qué tienen miedo? Que Kueider cuente quién le dio la plata, de dónde vino y si hay otros senadores que estaban en esas condiciones”, manifestó Parrilli ante la prensa acreditada al ingresar al Senado.
El senador nacional peronista también apuntó a otros miembros de la Cámara alta como Carlos ‘Camau’ Espínola y los misioneros Carlos Omar Arce y Sonia Elizabeth Rojas Decut, quienes ingresaron a la Cámara alta por las boletas de Unión por la Patria, pero acompañaron proyectos de La Libertad Avanza como la Ley Bases.
Según Parrilli, esos legisladores “se dieron vuelta como un panqueque en el aire y terminaron pasándose a las filas de Milei votándole todas las leyes a cambio de cargos y embajadas”. Y hasta deslizó la posibilidad de que estén implicados en el escándalo del caso Kueider. Además, señaló que hay entre 10 y 12 senadores que tienen causas que se tramitan en la Justicia y que ninguno de esos casos serán tratados en el recinto.
Asimismo, Parrilli comparó lo que considera un ataque hacia su persona con “la década del 30 acá en el Senado cuando mataron a un senador, atentaban contra Lisandro de La Torre porque denunciaba negociados de frigoríficos”. “Estaba Pinedo, la derecha… Los abuelos de los que hoy gobiernan Argentina”, agregó, y abundó: “Después pasó con la (ley) Banelco en 2001”.
Sobre el final de la sesión, una vez consumada la expulsión de Kueider, Villarruel puso a votación el pedido del bloque libertario para discutir la suspensión de Parrilli por estar procesado en la causa conocida como Memorándum con Irán. No obstante, resultó rechazado por no alcanzar los dos tercios necesarios: cosechó 34 adhesiones afirmativas, 31 rechazos y una abstención.
Desde antes de la sesión, Parrilli afirmó no estar preocupado. “Voy a seguir haciendo política tenga o no cargo. No se presten ustedes al juego de distraer la atención. El problema acá es Kueider. Basta”, puntualizaba. “La vice, además, es burra. La causa no es por traición a la Patria, ni siquiera la leyó”, sentenció el legislador de Unión por la Patria.
Durante la sesión, Parrilli manifestó sobre Kueider: “Nos duelen las traiciones, tiene muchas el peronismo. Kueider se pasó con bombos y platillos a las filas de su gobierno. Le dieron comisiones, nos chicaneaba y nos verdugueaba. Ahora quieren darle una licencia”. Y luego le contestó a Villarruel por una serie de tuits donde lo mencionaba y hablaba de “sacar la mugre del senado”.
“Yo me baño todas las mañanas, así que mugriento no soy”, ironizó Parrilli. E insistió con las “burradas” de la vicepresidenta. “He visto algunos tuits que muestran que no leen nada. Escuché al presidente de la Nación decir que no le daba participación en las decisiones de gobierno. Me parece muy bien porque dice burradas. Son graves los hechos que provoca, sale a decir barbaridades sin sentido”, espetó.