El Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, se encuentra atravesando una etapa de cuestionamientos y tensiones internas. A días de cumplir 30 años desde su creación, los datos reflejan una preocupante realidad: las exportaciones argentinas hacia los países socios han caído del 29% en el período 1995-2004 al 20% en los últimos diez años.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Economía de la Argentina, esta disminución expone las falencias del acuerdo, que originalmente buscaba fomentar el comercio entre los países miembros mediante la eliminación de barreras arancelarias y la integración conjunta al mercado global. Sin embargo, el Mercosur se ha utilizado como un instrumento para reforzar el proteccionismo, lo que dificulta su objetivo inicial de apertura y cooperación económica.
El presidente argentino, Javier Milei, ha sido particularmente crítico del acuerdo, sugiriendo incluso la posibilidad de abandonar el Mercosur. En este contexto, las diferencias políticas entre los líderes de los países miembros, como el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou y el brasileño Lula da Silva, también han profundizado las divisiones internas.
Las ideologías contrapuestas entre los mandatarios del Mercosur no ayuda a la cooperación comercial
El declive en las exportaciones al Mercosur se contrasta con los altos niveles de protección que los países aplican a las economías extrazona. Actualmente, las exportaciones hacia países fuera del bloque enfrentan un arancel promedio del 14%, mientras que, dentro del Mercosur, deberían fluir sin restricciones. Sin embargo, la falta de coordinación en políticas macroeconómicas ha generado barreras paraarancelarias entre los propios socios, acentuando la inestabilidad comercial.
Los especialistas advierten que la región necesita retomar el espíritu original del Mercosur, que implicaba eliminar barreras internas y utilizarlas como una plataforma para la integración al mercado global. Países como Brasil ya han avanzado en reformas laborales y tributarias, que podrían servir como modelo para revitalizar el acuerdo. Argentina, por su parte, enfrenta desafíos para implementar cambios similares que armonicen las políticas de la región.
El futuro del Mercosur dependerá de la capacidad de sus miembros para coordinar políticas económicas estables y establecer mecanismos de cooperación efectiva. La implementación de reformas profundas podría reactivar el comercio entre los socios y fortalecer la posición del bloque en el escenario global.