El Año Nuevo comenzó su recorrido en el atolón Kiritimati, conocido como Isla Christmas, en el Pacífico central. Enseguida, países como Nueva Zelanda y Australia se unieron a los festejos. En Auckland, un show de fuegos artificiales dio la Bienvenida a 2025, e iluminó el cielo desde la Sky Tower, mientras que en Sídney, más de un millón de personas disfrutaron de un espectáculo que volvió a posicionar al icónico puerto como un escenario mundial para recibir el nuevo año.
La multitud da la bienvenida al 2025 en la Puerta del Sol de Madrid.
En Asia, Japón celebró el inicio del Año de la Serpiente, considerado un símbolo de renacimiento. Los japoneses se prepararon con limpiezas profundas en templos y hogares, mientras que las tiendas ofrecían figuras y amuletos alusivos al reptil. En Corea del Sur, sin embargo, las festividades fueron más sobrias debido al reciente accidente aéreo que dejó 179 víctimas fatales, sumiendo al país en un período de luto nacional.
Los fuegos artificiales explotan en el cielo alrededor del London Eye y la Torre Elizabeth, el Big Ben, en el centro de Londres, el 1 de enero de 2025. (Foto de Adrian DENNIS / AFP).
Los fuegos artificiales iluminan el cielo alrededor del Arco de Triunfo, en la Avenida de los Campos Elíseos, en París, el 1 de enero de 2025, durante las celebraciones del Año Nuevo. (Foto de Thomas SAMSON / AFP).
Celebraciones en el Sudeste Asiático
Tailandia y Indonesia dieron la Bienvenida a 2025, destacaron por sus grandes despliegues artísticos y tecnológicos. En Bangkok, los centros comerciales ofrecieron música en vivo y espectáculos de luces, coronados con una actuación de Lisa, integrante del grupo surcoreano Blackpink, que reunió a miles de personas. Por su parte, Yakarta brilló con un innovador espectáculo de fuegos artificiales y la participación de 800 drones que iluminaron el cielo con coreografías impresionantes.
Fuegos artificiales en el Medio Oriente
Contrastes de esperanza y adversidad
A medida que el mundo daba la bienvenida al 2025, las festividades dejaron en evidencia un contraste entre la alegría de los festejos y las realidades complejas de varias regiones. Desde el hambre y la guerra en Gaza hasta los desafíos políticos en Siria, los sentimientos de esperanza para el nuevo año fueron inevitables, pero acompañados de incertidumbre.
Un mensaje global de unidad
El Año Nuevo es un recordatorio del poder de la comunidad y la tradición. Desde los espectáculos más grandiosos hasta los momentos más íntimos, millones de personas renovaron sus deseos de paz, prosperidad y resiliencia, iniciando un nuevo capítulo con la esperanza de que 2025 sea un año lleno de luz y reconciliación.