En el Ángelus de este domingo, el Papa Francisco citó el acuerdo de paz entre Argentina y Chile como un modelo mundial para resolver conflictos a través del diálogo. En el marco del 40° aniversario del Tratado de Paz y Amistad, firmado tras la mediación de la Santa Sede en 1984, el pontífice subrayó que «la renuncia a las armas es posible si se opta por el diálogo». En ese sentido, volvió a pedir por la paz entre Rusia y Ucrania que ya llevan casi 2 años en guerra.
Francisco recordó que la disputa territorial entre ambos países llevó a una escalada que estuvo a punto de desencadenar una guerra, pero que fue resuelta gracias a la intervención del Vaticano. «Este acuerdo demuestra que es posible retomar el buen camino y evitar el horror de la guerra, que ofende a Dios y a la humanidad», afirmó desde la Plaza San Pedro.
En su mensaje, el Papa también expresó su dolor por los conflictos actuales, como la guerra en Ucrania, que describió como «una secuencia de muertos, violencia y destrucción» que afecta principalmente a los más vulnerables. También alertó sobre el impacto del invierno en los millones de desplazados ucranianos.
El pontífice aprovechó la ocasión para apoyar la tregua en el Líbano, país que atraviesa una crisis política sin presidente electo desde hace dos años. Instó a las autoridades libanesas a encontrar consensos que permitan aplicar reformas y garantizar la convivencia pacífica entre religiones.
El Papa Francisco volvió a pedir el cese de la guerra en Gaza
Además, Francisco pidió oraciones por Siria, donde la guerra ha resurgido con nuevas víctimas, y expresó su preocupación por la situación en Gaza, abogando por la liberación de rehenes israelíes y el acceso de ayuda humanitaria para los palestinos.
El lunes, Francisco encabezó una ceremonia en la Sala Regia del Vaticano para conmemorar el aniversario del tratado argentino-chileno. Diplomáticos de varios países participaron en el evento, pero no asistió el canciller argentino Gerardo Werthein. Fuentes oficiales explicaron su ausencia por problemas de agenda, aunque trascendió que podría estar relacionada con tensiones ideológicas entre los presidentes Javier Milei y Gabriel Boric.