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ESPECTÁCULO

«En este momento»: José María Muscari confirmó la decisión que tomó con su hijo adoptivo, Lucio, con respecto a su educación

Dio todos los detalles al respecto.

José María Muscari

No se guardó absolutamente nada y se expresó sin filtros ni tapujos. Y es que a un año de haber adoptado a su hijo Lucio, José María Muscari contó cómo es el día a día, como así también la decisión que tomó de que vaya a una escuela secundaria pública.

«Si yo tengo que comparar mi realidad hoy como padre al imaginario que tenía antes de adoptar un hijo, hay muchísimas situaciones, miedos o conflictos que no sucedieron. Pero bueno, quiero hacer una salvedad: todo el mundo que conoce a Lucio, su historia, o el mundo de la adopción, me dicen que tengo un hijo bastante atípico, digamos. Yo lo llamo un hijo mágico. Es un ser súper resiliente, muy amoroso, muy respetuoso, muy claro en lo que quiere. Y todo eso, creo, es mucho más mérito de él que mío», comenzó diciendo en una charla con Teleshow.

«Para mí fue un gran desafío el rol de padre, pero al mismo tiempo yo seguí con mi vida en Buenos Aires, con mi familia, con mi trabajo, con mis actividades y mis amigos. En el caso de Lucio, tiene todo el desafío del rol de hijo con un padre nuevo que apareció en su vida. Y, además, todo lo que conlleva el desarraigo: dejar a sus amigos de Corrientes, empezar en una nueva escuela, adaptarse a una nueva ciudad, que si bien es su ciudad, porque él nació acá en Buenos Aires y a los ocho años se instaló en Corrientes, entre los ocho y los y los 15, un montón de tiempo y una etapa fundamental de la vida de un niño. Así que la verdad es que los mayores laureles son para él», expuso José María Muscari.

Además, hizo referencia a cómo su familia tomó la llegada de Lucio. «Mi familia tuvo mucha comprensión de lo que significa una adopción y sus tiempos. Porque ni mi hijo puede empezar a actuar que mi familia es la suya de toda la vida, ni al revés. Pero Lucio fue muy respetuoso siempre con mi familia, y ellos de sus tiempos, nunca lo presionaron. Eso hizo que todo fluyera de manera natural. Porque además de la adopción, hay un hecho no menor, y es que Lucio es un adolescente. Y lo que menos quieren los adolescentes es curtir la vida familiar», aclaró.

«Y en mi familia no hay adolescentes tampoco, así que para él, estar con tanta gente grande es un embole. Pero así y todo tiene una gran conexión con mi tío Beto, que es como mi papá. Y la quiere mucho a su abuela. Cuqui le hace comidas, buñuelos de acelga que a él le gustan. Beto le prepara milanesas, pastel de papas… Está mi tía Mabel, que desde siempre se encarga de mi ropa y ahora también de la de Lucio. Es toda una continuidad de amor. Es una familia que viene, que come, que está todo el domingo acá… Él se va integrando cómo le sale y lo incorporan con mucho amor», lanzó.

Fue allí cuando hizo hincapié en su determinación de que Lucio vaya a la escuela pública. «Fue una decisión mía. En primer lugar, porque yo soy egresado de la escuela pública y estuvo buenísimo. Y segundo, porque vivo en Recoleta y siento que las escuelas privadas de Recoleta podrían ser demasiado de élite para lo que quiero que viva en este momento. De por sí, al cambio de Corrientes a Buenos Aires no le quería sumar el hecho de que quizás esa escuela fuera más exigente que la de Corrientes, o que sintiera discriminación, bullying o lo que fuera», finalizó.