La Cancillería Argentina manifestó su más contundente repudio al ataque perpetrado por Rusia contra la ciudad de Kiev que alcanzó, entre otros objetivos, a la embajada de nuestro país. En un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores, liderado por Gerardo Werthein, calificó el hecho como “una grave violación del derecho internacional” y exigió el cese inmediato de las hostilidades, en un nuevo episodio que evidencia la escalada de violencia en la guerra que Rusia sostiene contra Ucrania.
“La República Argentina condena enérgicamente el ataque de la Federación Rusa ocurrido hoy, 20 de diciembre, contra la capital ucraniana, Kiev, que ocasionó daños materiales a la embajada de nuestro país y a otras representaciones diplomáticas. Extendemos nuestra solidaridad a las víctimas y sus familias”, señaló Cancillería.
El comunicado enfatizó que este tipo de acciones no solo representa una grave violación del derecho internacional, que protege la inviolabilidad de las misiones diplomáticas, sino también una clara amenaza a la seguridad de los civiles.
Un episodio que evidencia los horrores de la guerra
El ataque, que ocurrió en horas de la mañana, afectó el edificio donde se encuentra la embajada argentina, en la calle Ivana Fedorova, en Kiev. Aunque se registraron daños materiales significativos en ventanas, techos y mobiliario, el personal diplomático resultó ileso. “Estamos bien, solo fueron daños materiales”, expresó la representante argentina en Ucrania, Elena Mikusinski, intentando llevar tranquilidad.
Sin embargo, la violencia desatada no solo golpea edificios: destruye hogares, vidas y la esperanza de quienes buscan construir un futuro en paz. En palabras de un testigo que presenció el ataque: “Los vidrios empezaron a estallar, la gente se desesperó y corrimos a los refugios”. Este testimonio deja al descubierto el impacto humano de un conflicto que parece no tener fin.
Una condena insuficiente sin acciones concretas
El ataque a la embajada argentina ocurre en un contexto de creciente escalada bélica en Ucrania. Durante la misma jornada, otro ataque ruso con misiles balísticos dejó al menos un muerto y 12 heridos, afectando infraestructuras esenciales como viviendas, escuelas y hospitales. Frente a este panorama, Cancillería se limitó a emitir un comunicado de condena, sin que se informara si se han tomado medidas concretas como convocar al embajador ruso en Buenos Aires para exigir explicaciones formales.
La guerra como fracaso colectivo
El ministro de Exteriores de Portugal, Paulo Rangel, también se sumó a las condenas por los ataques rusos que afectaron a embajadas en Kiev, incluida la argentina. Rangel informó que su gobierno convocó al encargado de Negocios de la embajada rusa en Lisboa para presentar una “protesta formal” por el incidente.
En un mensaje contundente, expresó: “Esto es altamente condenable. Cualquier ataque de Rusia a Ucrania y a la ciudad de Kiev merece nuestra más fuerte condena, pero es absolutamente inaceptable que pueda haber ataques que tengan impacto o afecten a instalaciones diplomáticas”.
Durante la madrugada, otro ataque ruso con misiles balísticos sobre Kiev dejó al menos un muerto y 12 heridos, según informaron las autoridades locales. Moscú aseguró que esta ofensiva fue una represalia por un ataque ucraniano en territorio ruso, llevado a cabo con armamento fabricado en Estados Unidos. En la capital ucraniana se escucharon al menos tres explosiones poco antes del amanecer.
La fuerza aérea de Ucrania indicó que logró interceptar cinco misiles balísticos de corto alcance Iskander lanzados contra la ciudad. Sin embargo, los restos de los misiles provocaron incendios y daños significativos en tres distritos, dejando sin calefacción a 630 edificios residenciales, 16 centros médicos y 30 escuelas y jardines de infantes, según informó la administración local.