En una jornada política cargada de tensiones, el Senado se ve envuelto en un nuevo escándalo por la cuestión de las dietas de los legisladores. Los bloques del PRO, UCR y La Libertad Avanza (LLA), junto con la vicepresidente Victoria Villarruel, han acordado prorrogar el congelamiento de los sueldos de los senadores.
Sin embargo, el acuerdo no ha logrado el consenso necesario, ya que el Frente de Todos, encabezado por el kirchnerismo, aún no se ha pronunciado al respecto. La falta de acuerdo podría dar lugar a un aumento automático de las dietas a más de 9 millones de pesos brutos, una situación que ha generado gran malestar entre los sectores más críticos del gobierno y de la ciudadanía.
Este martes, 31 de diciembre, vence la resolución que mantiene congeladas las dietas de los senadores, una medida que se aprobó en agosto y que evitó un aumento en los sueldos del Congreso. Si no se toma ninguna acción, a partir de enero, los senadores pasarán a cobrar más de 9 millones de pesos, un incremento que se considera inaceptable por la gran parte de la sociedad, especialmente en medio de una crisis económica que afecta a millones de argentinos.
La situación se complica debido a que Villarruel ha dejado claro que no firmará una resolución para extender el congelamiento sin el consenso de todos los bloques parlamentarios. Mientras que la UCR, el PRO y los libertarios han solicitado la prórroga del congelamiento, el Frente de Todos, que lidera José Mayans, aún no ha enviado su apoyo formal.
Tensión entre los bloques y la presión del kirchnerismo
El conflicto tiene un componente político más profundo, ya que el kirchnerismo sigue resistiéndose a la toma de decisiones que no estén alineadas con sus intereses. A pesar de la presión externa y las críticas por la disparidad entre los sueldos de los legisladores y la difícil situación económica de la población, los sectores más cercanos a Cristina Kirchner continúan bloqueando el acuerdo.
Desde el PRO y la UCR se ha señalado que la falta de apoyo de los K podría generar una crisis de legitimidad si no se alcanza un consenso dentro del Senado. El bloque kirchnerista, que aún no se ha pronunciado oficialmente, está claramente buscando evitar una resolución que beneficie a un acuerdo que no sea el que favorezca sus intereses. En un contexto en el que la sociedad atraviesa una crisis sin precedentes, resulta paradójico que la dirigencia kirchnerista continúe con su postura intransigente.
La responsabilidad de los legisladores frente a la crisis económica
Mientras el kirchnerismo obstaculiza el acuerdo por razones políticas, la ciudadanía exige que los dirigentes pongan los intereses del país por encima de sus privilegios. En lugar de anteponer cuestiones partidarias, lo que se necesita es un acuerdo que sea transparente, justo y en línea con la necesidad de austeridad que el Gobierno de Javier Milei ha impulsado en todo el país.
Los pedidos unilaterales de algunos legisladores de «no percibir» el aumento de las dietas son inviable desde lo administrativo, como se demostró en la pandemia cuando algunos diputados intentaron renunciar a sus dietas. Estos gestos no son suficientes si no se da el paso hacia una reforma estructural que reduzca los costos del Congreso y aumente la eficiencia en su funcionamiento.
El hecho de que el Frente de Todos no se haya pronunciado a tiempo demuestra una vez más la falta de compromiso del kirchnerismo con las verdaderas necesidades del país. Mientras el Gobierno de Milei avanza con una agenda de ajuste y responsabilidad fiscal, el kirchnerismo parece más preocupado por sus intereses internos que por las demandas urgentes de la población.