La muerte de un parrillero en el restaurante de lujo «La Cabrera«, ubicado en la calle Primitivo de la Reta 1015, en pleno centro de Mendoza, ha generado una ola de indignación luego de que los empleados denunciaran que, pese al fallecimiento de su compañero, el local continuó atendiendo como si nada hubiera ocurrido.
El hecho sucedió mientras el hombre desempeñaba sus tareas en la parrilla del establecimiento. Según testigos, sufrió un infarto fulminante, y tras el aviso al 911, un equipo médico llegó rápidamente al lugar. A pesar de los esfuerzos por reanimarlo mediante maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP), los profesionales confirmaron su fallecimiento en el mismo sitio.
Sin embargo, lo que más impactó no fue solo la tragedia personal, sino la reacción del restaurante. Los trabajadores denunciaron que, incluso con el cuerpo del hombre aún en el lugar, se les obligó a continuar atendiendo a los clientes. La justificación de los encargados habría sido que estaban en «hora pico» y no podían interrumpir el servicio.
Reacciones y repudio
La situación ha despertado el repudio de sectores gremiales, clientes y usuarios en redes sociales, quienes cuestionaron la falta de humanidad y sensibilidad por parte de los responsables del establecimiento. “Es inaceptable que prioricen el negocio por encima de la dignidad de una persona y el respeto que merece en una situación tan grave”, expresó un representante de un sindicato gastronómico local.
Por su parte, testigos que se encontraban en el restaurante describieron la escena como «angustiante», mientras que algunos clientes abandonaron el lugar en señal de protesta.
Posible intervención legal
Ante los hechos, se espera que las autoridades laborales de Mendoza investiguen lo sucedido para determinar si hubo incumplimiento de normas de seguridad y condiciones laborales. Además, se evalúa si la decisión de continuar con las operaciones podría configurar algún tipo de falta ética o legal.
Mientras tanto, el nombre del trabajador fallecido no ha sido difundido por respeto a su familia, que atraviesa un profundo dolor.
El caso plantea serios cuestionamientos sobre las condiciones laborales en el sector gastronómico y el trato hacia los empleados en situaciones de crisis, destacando la necesidad de protocolos claros y humanos para este tipo de eventualidades.
