La producción de acero en Argentina sigue enfrentando una crisis sin precedentes. En noviembre, registró una caída del 5,9% respecto al mes anterior y un alarmante descenso del 18,1% interanual, alcanzando un total de 338.500 toneladas, según informó la Cámara Argentina del Acero. Este retroceso en la industria refleja una crisis en la actividad siderúrgica que impacta no solo a las fábricas, sino también a sectores demandantes como la construcción y la industria automotriz.
Por su parte, la producción de laminados sumó 332.100 toneladas, un 27,7% menos que en noviembre de 2023 y un leve descenso del 1,4% frente a octubre de este año. Las cifras confirman un panorama complicado, con indicadores negativos en varios rubros clave de la economía nacional.
Construcción y automotriz en alerta
El sector de la construcción mostró un desempeño preocupante, con una caída del 3% en despachos de cemento respecto a octubre y un desplome del 15% interanual. En el acumulado del año, la actividad registra un descenso del 25% frente al mismo período de 2023, lo que refleja el impacto de la contracción económica y la falta de inversiones en infraestructura.
En tanto, la industria automotriz ofreció señales mixtas. La producción de vehículos subió un 2,4% frente al mes anterior, aunque cayó un 5,1% en comparación con noviembre de 2023. A lo largo del año, el sector acumuló una baja del 18,3% respecto al año pasado, afectando también los patentamientos, que registraron un descenso del 20% intermensual y del 2% interanual.
Crisis en la siderurgia: el caso Acindar
El panorama en la industria siderúrgica se agravó con la paralización de la planta de Acindar en Villa Constitución, Santa Fe. La empresa, una de las líderes del sector, redujo su producción a la mitad en 2024, alcanzando solo 600.000 toneladas frente a las 1,2 millones de 2023. Según Pablo González, secretario general de la UOM de esa localidad, este ha sido «el peor año en la historia de la compañía».
La decisión de Acindar afecta directamente a más de 700 trabajadores, incluyendo empleados permanentes y contratados. Las medidas adoptadas, como la suspensión de turnos y el adelanto de vacaciones, responden a una caída de la demanda que pone en jaque a la empresa y refleja la gravedad de la situación en el sector.
Perspectivas y esperanza en 2025
No todo son malas noticias. Aunque sectores como la construcción y la industria automotriz muestran caídas significativas, la maquinaria agrícola se mantiene estable gracias a buenas perspectivas en la cosecha de trigo. Además, los niveles de despacho en zonas energéticas continúan en equilibrio, con expectativas favorables para el próximo año.
El balance de 2024 para la industria del acero deja cifras alarmantes, pero también evidencia la resiliencia de sectores que, aunque golpeados, proyectan una recuperación en el mediano plazo.
