En un giro alentador para la economía, Argentina dejó de ser el país con la inflación mensual más alta de América Latina por segundo mes consecutivo. Aunque el costo de vida sigue siendo una preocupación central para los ciudadanos, los recientes datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) revelan una tendencia a la desaceleración inflacionaria que se refleja en el índice de precios al consumidor de noviembre, con un aumento de 2,4%, el menor registrado desde julio de 2020. No obstante, la inflación interanual continúa siendo la más elevada de la región, alcanzando un alarmante 166%.
Este descenso en la inflación mensual contrasta con el fogonazo registrado en años anteriores, y marca un punto de inflexión en una trayectoria que llevó al país a encabezar los rankings inflacionarios regionales. En el acumulado de los primeros 11 meses del año, la inflación ya suma un 112%, consolidando su impacto sobre el poder adquisitivo de los argentinos y manteniendo al país en una posición crítica dentro del contexto económico latinoamericano.
Venezuela retoma el liderazgo en inflación mensual
Mientras Argentina exhibe señales de estabilización, Venezuela vuelve a liderar la inflación mensual en América Latina. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), los precios en ese país aumentaron un 12,5% en noviembre, impulsados por la depreciación del bolívar y un régimen de minidevaluaciones aplicado por el Banco Central de ese país. Este cambio en la política monetaria dejó atrás la estabilidad cambiaria mantenida hasta septiembre de 2024 y provocó una aceleración en los precios. A pesar de este salto, la inflación acumulada en Venezuela es del 60%, con una tasa interanual del 67%, cifras que, aunque altas, están lejos de las de Argentina.
El OVF explicó que el impacto de las devaluaciones sobre los precios internos fue significativo, con un incremento del 11,5% en el tipo de cambio oficial y un 7,7% en el mercado paralelo. Este fenómeno refleja las dificultades de controlar la inflación en economías con monedas débiles y políticas cambiarias poco estables.
Estabilidad en el resto de la región
En contraste con las economías de Argentina y Venezuela, que presentan niveles inflacionarios excepcionales tanto a nivel regional como global, el resto de América Latina ha logrado mantener índices de inflación mucho más controlados. Por ejemplo, en Brasil el índice de precios al consumidor creció apenas un 0,39% en noviembre, con un acumulado interanual del 4,87%. En Uruguay, la inflación mensual fue de 0,36%, mientras que el acumulado anual alcanzó un 5,03%.
Chile también mostró estabilidad relativa, con un incremento mensual de 0,2% y un acumulado anual del 4,2%. Paraguay presentó cifras similares, con un aumento mensual del 0,2% y un acumulado anual del 3,4%. Estos números destacan la capacidad de varios países de la región para mantener sus economías estables frente a un contexto global desafiante.
Casos excepcionales y deflación en Centroamérica
Para Centroamérica y el Caribe, algunos países incluso reportaron deflación en noviembre. En Ecuador, por ejemplo, los precios cayeron un 0,26% en comparación con octubre, mientras que el acumulado anual fue de solo 1,51%. En El Salvador, una economía dolarizada, los precios retrocedieron un 0,08% mensual y un 0,31% interanual. Costa Rica, por su parte, registró una variación mensual del 0,47%, pero con una inflación negativa del 0,1% en los últimos 12 meses, una rareza en el panorama económico regional.
Perspectivas para la Argentina en 2025
Los datos de inflación de noviembre confirman una tendencia alentadora para Argentina, pero la situación económica sigue siendo frágil. La desaceleración en el ritmo de aumento de precios es un paso en la dirección correcta, aunque los desafíos estructurales que enfrenta el país para alcanzar una estabilidad económica duradera persisten. Por otro lado, la situación de Venezuela pone en evidencia las dificultades de implementar políticas monetarias coherentes en un contexto de alta volatilidad y presiones externas.
Para la Argentina de Javier Milei, el desafío será sostener esta tendencia de desaceleración y evitar que los niveles de inflación vuelvan a dispararse, especialmente en un contexto global incierto y con presiones internas que podrían reavivar las tensiones en los precios.
Mientras tanto, el resto de América Latina continúa mostrando niveles de inflación más controlados, reflejando economías más estables y menos vulnerables a shocks externos. La comparación con Argentina y Venezuela resalta las diferencias en la gestión económica y las políticas implementadas por los gobiernos de la región.