El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó el primer Centro de Primera Infancia (CPI) adaptado específicamente para niños con autismo y otras neurodivergencias. El espacio, ubicado en el barrio de Barracas, busca ofrecer una atención pedagógica inclusiva y especializada para garantizar el desarrollo integral de los más pequeños.
Durante la inauguración, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, destacó la importancia del proyecto y expresó: «Queremos que todos los porteños crezcan y progresen con libertad y autonomía. Esto significa integrar la diversidad y ofrecer herramientas que acompañen el desarrollo de cada niño, respetando sus necesidades». Macri estuvo acompañado por el ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, Gabriel Mraida.
El CPI, llamado Piedra Libre, se sitúa en la calle Jovellanos 1051 y cuenta con equipos interdisciplinarios conformados por docentes de educación especial, fonoaudiólogos, psicopedagogos y psicomotricistas. Con una capacidad para 80 niños distribuidos en cuatro salas, el centro funcionará de lunes a viernes, de 8 a 16, brindando un entorno seguro y adaptado a cada etapa del desarrollo.
«En la Ciudad escuchamos a las familias y entendemos las dificultades que enfrentan. Este centro surge como respuesta a la necesidad de un espacio específico donde se aborden los desafíos del aprendizaje y el desarrollo del habla en los más pequeños», explicó el ministro Mraida. Además, destacó que los primeros mil días de vida son determinantes en el desarrollo social y cognitivo de una persona.
El CPI Piedra Libre también promueve la participación activa de las familias. A través de talleres y espacios de intercambio, los padres y cuidadores tendrán un rol clave en el proceso educativo y terapéutico. Las actividades estarán orientadas a fortalecer habilidades sociales, emocionales y motrices, adaptándose a las necesidades individuales de cada niño.
La escuela para niños y niñas con autismo también cuenta con 3 comidas diarias
Los Centros de Primera Infancia de la Ciudad brindan contención a más de 11.000 niños de hasta 3 años en situación de vulnerabilidad. Estos espacios no solo garantizan una educación inicial de calidad, sino también una alimentación adecuada con tres comidas diarias diseñadas por nutricionistas. En este caso, el nuevo CPI representa un paso importante hacia la inclusión y la equidad educativa.