El envejecimiento poblacional, un fenómeno global que redefine las prioridades de las políticas públicas, plantea desafíos significativos para los sistemas de salud y asistencia social. En Argentina, un reciente informe del Observatorio Humanitario de la Cruz Roja reveló que más del 65% de los adultos mayores no tiene acceso a servicios de salud mental, evidenciando un panorama de vulnerabilidad que impacta tanto en el bienestar físico como emocional de esta población.
El informe destaca el Índice de Bienestar de los Adultos Mayores (IBAM), una herramienta que evalúa cinco dimensiones fundamentales: alimentación, salud, economía, recreación y afecto. En 2024, el IBAM registró un promedio de 4,9 sobre 10, marcando un descenso respecto a años anteriores y reflejando un deterioro en la calidad de vida de las personas mayores en el país.
Entre los hallazgos más alarmantes, el 66,6% de los adultos mayores encuestados indicó no haber recibido ningún tipo de terapia psicológica o tratamiento relacionado con la salud mental, mientras que un 33% confesó sentirse solo o olvidado debido a su edad. La soledad y el aislamiento social han más que duplicado su incidencia desde 2021.
Barreras en el acceso a la salud mental
El informe señala que las barreras económicas y geográficas limitan el acceso a servicios de salud mental. Solo una pequeña proporción de adultos mayores puede afrontar los costos de terapias individuales, mientras que las opciones gratuitas o subsidiadas son insuficientes. Este déficit incrementa el riesgo de padecimientos como ansiedad, depresión y estrés.
Además, la falta de infraestructura y personal especializado contribuye a agravar esta problemática. Sin embargo, se propone como solución implementar programas comunitarios y talleres grupales, destinados a crear redes de contención emocional accesibles, especialmente en comunidades con escasos recursos.
Desafíos en la atención sanitaria
El acceso a servicios de salud en general también presenta disparidades preocupantes. Según el informe, el 30% de los adultos mayores considera que sus necesidades médicas están poco o nada satisfechas, lo que representa un aumento respecto al 23% reportado en 2022. Además, más del 51% padece enfermedades crónicas como hipertensión arterial, colesterol alto y diabetes, condiciones que, en muchos casos, no reciben el tratamiento adecuado.
Desigualdades en la recreación y alimentación
El estudio también resalta carencias en dimensiones fundamentales para el bienestar. El 29% de los adultos mayores no logra cubrir sus necesidades alimentarias, un aumento de 12 puntos porcentuales desde 2022. Asimismo, el 41% expresó que sus necesidades recreativas están «poco o nada satisfechas», lo que refleja un estancamiento respecto a los niveles de la pandemia en 2021.
En cuanto al trato social, el 26% de los encuestados reportó haber experimentado destrato en oficinas públicas, más del doble del 11% registrado en 2022. En centros de salud, esta cifra alcanza el 21%, mientras que el entorno familiar también evidencia un deterioro, con un 11% señalando maltrato en 2024, frente al 4% de dos años atrás.
La Cruz Roja Argentina enfatiza que garantizar un envejecimiento digno no solo implica cubrir las necesidades inmediatas, sino también abordar las causas subyacentes del deterioro en la calidad de vida de esta población en crecimiento.