José María Muscari habló de la etapa que cerró con su hijo y brindó algunos detalles al respecto. Sucede que el conductor se refirió al vínculo que pudo forjar con Lucio luego de convivir con el adolescente y además comentó que su historia ha generado profunda emoción en las redes sociales.
«Fue un año de mucha intensidad. Cumplimos un año juntos, no desde que nos conocimos porque nos vinculamos desde antes, la verdad que pasó rapidísimo. La adopción plena surgió a mediados de marzo, es la legalidad», le contó el artista a Catalina Dlugi.
A pesar de haber terminado con los trámites, José María Muscari habló del aspecto que le resultó más importante en todo el proceso de adopción: «Siento que es mi hijo desde el primer momento. Mi vínculo siempre muy elegido, todo muy consensuado, hay algo que me da una absoluta tranquilidad y es que me eligió a los 15 años, como una persona pensante. Día a día, con las cosas que va logrando, siento una emoción hermosa».
«Hubo una gran visibilidad y pérdida de prejuicio con el tema de adoptar chicos más grandes. Eso está buenísimo, en las redes sociales la gente me pregunta por el tema. En la adopción hay que poner mucho trabajo. Creo a la serenidad me trajo Lucio, además uno es la referencia para otra persona», agregó sobre lo que aprendió en esta nueva etapa.
José María Muscari reflexionó sobre su flamante paternidad
«Si yo tengo que comparar mi realidad hoy como padre al imaginario que tenía antes de adoptar un hijo, hay muchísimas situaciones, miedos o conflictos que no sucedieron. Pero bueno, quiero hacer una salvedad: todo el mundo que conoce a Lucio, su historia, o el mundo de la adopción, me dicen que tengo un hijo bastante atípico, digamos. Yo lo llamo un hijo mágico. Es un ser súper resiliente, muy amoroso, muy respetuoso, muy claro en lo que quiere. Y todo eso, creo, es mucho más mérito de él que mío», dijo en diálogo con Teleshow.
Para cerrar con el tema, Muscari postuló: «Para mí fue un gran desafío el rol de padre, pero al mismo tiempo yo seguí con mi vida en Buenos Aires, con mi familia, con mi trabajo, con mis actividades y mis amigos. En el caso de Lucio, tiene todo el desafío del rol de hijo con un padre nuevo que apareció en su vida. Y, además, todo lo que conlleva el desarraigo: dejar a sus amigos de Corrientes, empezar en una nueva escuela, adaptarse a una nueva ciudad».