El Gobierno de Javier Milei, a través del ministro de Economía Luis Caputo, decidió dolarizar una parte significativa del superávit fiscal acumulado en pesos durante los últimos meses. Según datos oficiales, esta estrategia permitió al Tesoro Nacional alcanzar una tenencia récord de USD 5.698 millones al pasado jueves, un monto que asegura el cumplimiento de pagos inmediatos y fortalece las reservas frente a compromisos futuros.
El principal objetivo de esta medida fue garantizar el pago del capital de bonos emitidos en la última reestructuración de deuda externa, cuyo vencimiento se produce en los próximos 15 días. Este desembolso asciende a USD 3.100 millones. Además, se prevé que los fondos restantes cubran el próximo vencimiento de intereses, programado para el 9 de julio, con un margen de alrededor de USD 1.000 millones, según señaló el economista Amílcar Collante.
La decisión de convertir pesos a dólares surgió en medio de un aumento en la base monetaria, impulsado por los picos de demanda de pesos habituales en diciembre debido al pago de aguinaldos y adelantos vacacionales. Según Collante, la Base Monetaria Amplia (BMA) había superado el tope fijado por el programa económico en $47,7 billones, alcanzando los $52 billones.
Esta operación no solo buscó reducir la cantidad de pesos en circulación, sino también garantizar la disponibilidad de dólares para afrontar vencimientos de deuda, evitar volatilidades en las reservas y reforzar la credibilidad del programa económico del Gobierno. Según un miembro del equipo oficial, la estrategia es una combinación de objetivos: consolidar la competencia de monedas, mantener la cobertura en moneda extranjera y esterilizar los pesos emitidos recientemente para la compra de reservas.
Un camino hacia el cumplimiento de la deuda
El Gobierno ya había comprado USD 2.800 millones a fines de noviembre para cubrir los vencimientos de los bonos Globales y Bonares programados para el 9 de enero, cuyo monto total asciende a USD 4.600 millones. Estas operaciones forman parte de una estrategia más amplia para enfrentar los compromisos de deuda en moneda extranjera estimados en USD 22.000 millones para 2025.
Entre estos compromisos se encuentran pagos a organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), por USD 7.700 millones; vencimientos con bonistas por USD 9.500 millones; pagos a importadores por USD 2.500 millones, y obligaciones provinciales por USD 2.700 millones. Según el plan del Gobierno, la mayor parte de estos pagos será cubierta con recursos propios, evitando recurrir a los mercados internacionales en el corto plazo.
Reducir la dependencia del financiamiento externo
La intención del Gobierno es minimizar la necesidad de endeudamiento en los próximos 18 meses, con la expectativa de regresar a los mercados financieros internacionales hacia fines de 2025 o principios de 2026. Según Caputo, la meta es alcanzar un costo de financiamiento igual o menor al pactado en la última reestructuración, consolidando la estabilidad económica y avanzando hacia la eliminación definitiva del cepo cambiario.
Con esta jugada, el equipo económico busca reforzar la confianza en la capacidad del país para cumplir con sus compromisos financieros, mientras trabaja en estrategias para reducir la dependencia del financiamiento externo y estabilizar la economía en un contexto de ajuste y reformas estructurales.