Con el comienzo de diciembre llegan los preparativos y planes en torno a los festejos de fin de año: Navidad y Año Nuevo. En ese sentido conviene pensar con tiempo las diferentes preparaciones gastronómicas que se llevarán a cabo, y el vino que las acompaña no puede faltar.
En efecto, no caben dudas de que Navidad y Año Nuevo son celebraciones sensiblemente especiales. De manera que, quien consume vino con frecuencia, procurará descorchar algún ejemplar especial que tenía en reserva o, también, posiblemente, permitirse un gasto extra con el objetivo de hacerse de un vino de gama superior respecto del que bebe con asiduidad.
Por otro lado, una botella de vino siempre es, también, una excelente opción clásica de regalo de fin de año cuando se pretende tener un gesto de atención con alguna persona, así sea un cliente, colega, un afecto, una amistad o, incluso, un autorregalo pensado para dejar al pie del tradicional árbol.
Qué ocurre con los vinos argentinos
En un país con ejemplares tan soberbios de vinos como es el caso de Argentina, las opciones desde dónde escoger se amplían de manera considerable. A ello se suma, además, que esta supone una temporada en la que los comercios especializados suelen lanzar importantes promociones y descuentos, de modo que es conveniente estar atentos a ocasiones semejantes. En la mayoría de los casos, la compra de una caja de seis unidades de botellas garantiza acceder a un mejor precio, sin embargo, en otras puede priorizarse en cambio la singularidad de una botella, del mismo modo que la presentación para regalo.
Otra alternativa es indagar entre las novedades del mercado, una potencialmente buena opción si se pretende sorprender a alguien que reconocido por su conocimiento y experiencia en términos de degustación, o sencillamente para estar al tanto de los nuevos lanzamientos. Más allá del lugar seguro que supone el Malbec, la mayoría de las bodegas argentinas de renombre y estudian y exploran nuevos terruños, varietales, blends y estilos de manera constante.
Asimismo, es bueno considerar que los vinos servidos en las fiestas pueden, por lo menos, distinguir tres momentos específicos: el de la cena propiamente dicha, el del brindis y el de los festejos posteriores. Para cada una de esas instancias recomendamos algunas de las mejores producciones en términos de vinos de los Valles Calchaquíes de la mano de Bodega Federico Mena Saravia.
Las mejores opciones para aportar a las mesas de fin de año
Entre las bodegas de los Valles Calchaquíes que conviene tener presente en tanto que relación precio-calidad, destaca la Bodega Federico Mena Saravia en el Alto Valle de Hualfín, situado en la provincia de Catamarca. Particularmente, los vinos que producen suponen todos ejemplares excelsos de maestría y adecuación a aquellos tres momentos que señalamos anteriormente.
Para la cena
A diferencia de otras regiones del mundo, las mesas navideñas en Argentina no repiten una fórmula estandarizada que se repite de manera invariable, sino que el menú está librado a los gustos y costumbres de cada hogar en particular. Así, hay quienes van por alternativas complejas y sofisticadas, tales como pavita rellena y vitel toné; mientras que otros se remiten al ineluctable asado argentino.
Sea como fuere, una opción infalible para acompañar los distintos tipos de carnes que pudieran servirse antes de la media noche es el Centenaria Vineyards Malbec 2019 de la Bodega Federico Mena Saravia. Este vino cuenta con una crianza de doce meses en barricas de Roble Francés, lo cual resulta en un Malbec de gran complejidad y elegancia.
El momento del brindis
Si bien, tradicionalmente, se tiende a brindar con distintas opciones de vinos espumantes u alternativas semejantes, una opción que conviene tener en cuenta es el Centenaria Vineyards Torrontés 2022, de la misma bodega. Nada mejor que mirar a los afectos a los ojos y desear auspiciosos momentos de calidez de la mano de un varietal tan representativo de nuestro país, potenciado además por la impronta briosa del terroir propio del noroeste argentino.
La sobremesa
Luego de las comidas y las muestras de afecto, llega el momento del compartir entre todos hasta entrada la madrugada. En este contexto es conveniente optar por una opción más sofisticada que conceda balance y equilibrio. De ese modo, la mejor alternativa sería la estrella de Bodega, el Gran Blend Federico Mena Saravia. Este vino supone extraordinario blend, con 24 meses de guarda en barricas de Roble Francés de primer uso, en el exclusivo terroir María Hortensia Leguizamón Dávalos. Allí, las uvas recrean sus orígenes desde 1936 en la zona del Alto Valle de Hualfín.