Este miércoles, el Frente de Lucha Piquetero, que agrupa a más de diez organizaciones sociales como el Polo Obrero, y la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), activaron una jornada de protesta con 500 cortes simultáneos en todo el país. La movilización de la izquierda tiene como lema principal «Una Navidad sin hambre» y busca visibilizar el descontento social ante las políticas del Gobierno nacional.
La UTEP, liderada por Alejandro Gramajo, un dirigente cercano a Juan Grabois y a sectores de la Iglesia Católica, ha destacado que la crisis económica ha exacerbado las desigualdades sociales. En ese marco, la protesta exige medidas concretas como un bono de emergencia de $100.000 y la distribución de alimentos a comedores comunitarios, reclamos que reflejan el deterioro del tejido social.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, los focos de las protestas se concentraron en el conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires, donde Retiro fue el epicentro de la movilización. Desde allí, las organizaciones marcharon hacia el Ministerio de Capital Humano, liderado por Sandra Pettovello, señalada por recortes en partidas alimentarias.
Protestas contra los recortes del Gobierno nacional en programas sociales
La jornada de protesta ocurre en un contexto de crisis en los ingresos populares. Según un informe del centro de estudios Fundar, durante el primer año de gestión de Javier Milei, los ingresos sociales han retrocedido significativamente. Programas como Potenciar Trabajo, ahora llamado Volver al Trabajo, se contrajeron un 46%, mientras que la Tarjeta Alimentar cayó un 16% y el Salario Mínimo Vital y Móvil, un 28%.
Los sectores más vulnerables no son los únicos afectados. Las jubilaciones mínimas, incluso con bonos, disminuyeron un 16%, y los asalariados del sector privado formal sufrieron una merma promedio del 8% en términos reales. Detrás de estas cifras se esconden historias de precariedad y desigualdad que explican el creciente descontento social.
Las organizaciones convocantes han mantenido hermetismo sobre los puntos exactos de concentración, en un intento de esquivar los protocolos de seguridad establecidos por el gobierno. Sin embargo, el despliegue masivo de la protesta envía un mensaje claro: el ajuste económico y las reformas impulsadas por el oficialismo enfrentan una resistencia cada vez más articulada.