Fuertísimo fue lo que decidió dar a conocer uno de los conductores más importantes de los medios de comunicación de nuestro país, como es el caso de Mario Massaccesi, quien ha logrado ganarse el cariño de la gente con su forma de ser y su empatía.
Esta vez, fue noticia por el doloroso relato que dejó en una nota con Clarín, donde el conductor de CDP contó que cuando era niño le hicieron algo realmente feo, aunque no quiso dar detalles. «Lo que me pasó no lo cuento públicamente. Primero porque es horroroso y segundo porque no expongo al niño que fui. Yo al niño que fui lo cuido y lo mantengo en un ámbito de intimidad. No es cuestión de andarlo contando. Los niños no se exponen, los niños se cuidan y yo lo sigo cuidando», apuntó.
«Mi infancia fue en una familia muy linda a la que amo. Yo siempre digo que nací en la familia justa porque es la que me permite llegar hasta este lugar. No es la familia perfecta, es la familia que me tocó, pero es la familia justa porque al cabo de muchos años me di cuenta que es lo mejor que me pudo pasar. Fue una infancia muy linda hasta que a los 8 años se quebró esa felicidad. Me arrebataron la felicidad y a partir de allí no fue una infancia linda, no fue feliz. Yo no era feliz», explicó.
Inmediatamente, Mari Massaccesi decidió ir por más. «Tampoco lo fui en la adolescencia y tampoco lo fui en la juventud. Recién a los 33 años me di cuenta que no se puede vivir con esa carga, que algo tenía que hacer conmigo. No sabía cómo empezar. Y dar el primer paso no me llevó a donde quería, pero por lo menos me sacó de donde estaba», afirmó.
«Así que fue una infancia linda por la gente a la que tenía alrededor y una mamá que aún en mucha escasez hizo todo lo posible para darnos todo lo que más podía. Y fue muy triste porque había una situación que generaba esa tristeza y la tuve que sobrellevar como pude. Nadie me enseñó que si no pones en palabras lo que te pasa, nadie sabe cómo ayudarte», aseveró.
«Y el miedo, la culpa, la vergüenza y el silencio eran tan grandes que cada vez se fue haciendo más grande. Es como pretender tapar el sol con la mano. Hasta que un día te das cuenta de que no podés y está bueno darse cuenta de que no podés porque es el momento en el que pedís ayuda. Cuando no podemos hacer algo, lo primero que hacemos es pedir ayuda. Yo soy medio lenteja para todo. No soy prodigio para nada. Quizás pedí ayuda demasiado tarde, pero lo hice cuando me animé a hacerlo», sentenció Mario Massaccesi.