La celebración de Navidad en la Ciudad de Buenos Aires dejó un saldo preocupante: 45 casos positivos de alcoholemia durante los controles realizados por el Gobierno porteño. En el caso más extremo, un conductor registró casi seis veces el límite permitido, según un relevamiento oficial difundido este 25 de diciembre.
El operativo incluyó la realización de aproximadamente 5.400 controles, un número significativo que duplicó los procedimientos de años anteriores. De los conductores testeados, 19 superaban el doble del límite permitido, que es de 0,5 gramos por litro de sangre para vehículos particulares, 0,2 g/l para motociclistas y 0,0 g/l para principiantes y conductores profesionales.
«El mayor número registrado fue una persona que en la mañana del martes dio 2,79 gr/l. Por suerte no se opuso al operativo y se le secuestró el vehículo», advirtió Matías Funes, supervisor de los controles. Este dato subraya la urgencia de continuar intensificando las medidas preventivas para reducir la incidencia de siniestros viales relacionados con el consumo de alcohol.
En comparación con el año anterior, el número de casos positivos se duplicó, lo que refleja una problemática en aumento. «El doble de positivos este año es un llamado de atención que nos obliga a reforzar la concientización y los controles», señaló un vocero del operativo. Este incremento genera alarma entre las autoridades y pone de manifiesto la necesidad de fortalecer las campañas de sensibilización.
Navidad en la Ciudad de Buenos Aires: hubo 7 personas lesionadas por pirotecnia
Además de los controles de alcoholemia, los hospitales de la Ciudad atendieron a siete personas por heridas relacionadas con pirotecnia y otros incidentes durante los festejos. Dos de ellas debieron ser intervenidas quirúrgicamente, aunque actualmente se encuentran fuera de peligro.
El operativo de Navidad forma parte de una política integral para garantizar la seguridad vial en la Ciudad, que incluye controles de alcoholemia regulares y campañas de prevención dirigidas a conductores. Sin embargo, los números registrados este año muestran que todavía queda mucho trabajo por hacer para reducir los riesgos asociados al consumo de alcohol y la conducción.