Esta semana, el premio Nobel de economía Thomas Sargent pasó por Buenos Aires para reunirse con Javier Milei y dos de sus principales ministros. También realizó una exposición académica en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y brindó una entrevista a La Nación +. Entre los temas a tratar estuvo el cierre del Banco Central y el control de la inflación.
En su exposición en la UTDT, Sargent reconoció verse influenciado por dos economistas argentinos de renombre: Guillermo Calvo y Julio Olivera. Sin embargo, el día de ayer, el prestigioso economista estuvo como invitado en el ciclo de entrevistas La repregunta de LN+.
El principal interrogante que pesaba en esta entrevista era sobre cómo encontraba la economía del país. De acuerdo a los indicadores expuestos por Sturzzenegger y algunas consultoras, la macroeconomía se encuentra estabilizándose de manera positiva para toda la sociedad.
Al respecto, la entrevistadora, Luciana Vázquez, le consultó: «¿A qué se debe que todo el mundo, medios, especialistas y hasta usted mismo se vean interesados en conocer este laboratorio vivo (en materia económica) en el que Argentina se ha convertido en cuanto a la inflación? ¿Qué es lo que hace que el fenómeno de reducción de la inflación en Argentina sea diferente?»
La respuesta de Sargent indicó «Si su pregunta es si el caso argentino es único, mi respuesta es no. Si uno observa cómo la inflación comenzó y cómo se la ha hecho detener, en todo el mundo y en toda la historia, todas empezaron de la misma manera y todas se detuvieron de la misma manera».
Al referirse sobre cómo se produjo la detención del proceso inflacionario, el economista sugirió que no fue un hecho diferente: «se dejaron de hacer las cosas que la habían iniciado, muy simple».
«Puede haber detalles diferentes, pero sí se pueden encontrar patrones sobre qué es lo que realiza el ser humano (…) Los principios económicos que participan son muy simples, la Política, en todo caso, es lo diferente», confirmó.
Luego, Laura Valenzuela le preguntó sobre una de las cuestiones que interrogan al gobierno, que es el papel del Banco Central. Es sabido que durante la campaña de presidencia, Javier Milei prometió el cierre de esta entidad. En un intercambio en el que se involucró a un economista de la escuela a la que adhiere Milei, Milton Friedman, Sargent respondió:
Friedman pensó mucho en esto, tuvo dos propuestas separadas en doce años, que parecían ser opuestas, pero en realidad hay que preguntarse: ¿eran realmente opuestas en términos de fuerzas fundamentales?» La primera opinión sostenía la idea de tener un Banco central completamente no independiente, si se necesita dejar de imprimir dinero, se debe equilibrar el presupuesto. Con eso, se detiene la inflación. La segunda, en oposición, incluía tener un Banco central independiente que no imprimiera dinero. Con esta última, el déficit se solventa vendiendo bonos.
Finalmente, el economista indicó que la actividad de las personas que integran el área monetaria de un país es el punto más importante en un debate de este estilo. Al respecto, indicó que Estados Unidos estuvo cinco años sin un Banco Central, funcionando, pero la actividad quedó en manos del Congreso, a partir de una serie de reglas y normativas que se debían cumplir al pie de la letra.
Sin embargo, las actividades que se realizan pueden responder a cuestiones económicas o políticas. Y, en el segundo caso, el temor al coste político de sobrellevar medidas que implican el corte de emisión, puede generar otras formas de inflación.
El festejo de Milei
En este punto, el ganador del premio nobel indicó que uno de los atractivos teóricos que tiene Argentina es la cantidad de expertos en materia económica que hay en el gobierno. Uno de los ejemplos es la presidencia.
Este extracto fue lo que ocasionó la celebración de Javier Milei.
