Tras la Cumbre del Mercosur donde se firmó el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y ser nombrado presidente pro tempore del organismo, el presidente Javier Milei asistió a un encuentro de la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM), donde fue galardonado por su «liderazgo internacional». Durante su discurso, el mandatario argentino se alejó de las cuestiones puramente económicas y habló sobre su ópera favorita y realizó diversas analogías.
«El crecimiento económico depende de las instituciones. Las instituciones plasman el entramado y las bases morales de una sociedad. Por eso, cuando se abrazan los valores como el odio, el resentimiento y el asesinato, como lo hace el socialismo, se termina en una catástrofe. Mientras que si se abrazan las ideas de la libertad, se prospera, que eso es el liberalismo: el respeto irrestricto por el proyecto de vida del otro«, comenzó explicando el presidente.
Milei reiteró su alineación con los valores occidentales por «ser la mayor hazaña civilizadora de la historia» y puso a Israel como máximo ejemplo de la misma. «Si no entendemos la lucha civilizadora que están llevando, no podemos entender lo que pasa en el resto del mundo», argumentó y vinculó a la izquierda «se alía con el terrorismo para atacar la base civilizatoria».
El presidente luego relató como comenzó su conocido amor por la ópera y reveló que una de sus obras favoritas es Nabucco, a la que resume como «una ópera de protesta que narra la ocupación de Israel a manos de Babilonia y traza una analogía con la ocupación austrohúngara en Italia». «El coro del tercer acto, el va pensiero es una historia vinculada a la libertad», sostuvo Milei.
«Es una historia del pueblo que más ha luchado por su libertad, el pueblo más perseguido de la historia y que siempre logró imponerse. No hubo grande que no haya intentado de destruir a Israel y ninguno pudo. Más fuerza del cielo imposible», sentenció.
Terminado ya el relato, el presidente argentino argumentó que «es anarcocapitalista porque odia al Estado». «El Estado es una asociación criminal, violenta y que vive de la fuente coactiva de ingresos que son los impuestos. La esclavitud es un impuesto al 100% de lo que se produce, no es muy distinto al comunismo«, subrayó.