El Congreso de la Nación se encuentra nuevamente en el centro de la polémica por el inminente vencimiento de la resolución que congeló las dietas de los senadores. A partir del 1 de enero, y de no prorrogarse la medida, los sueldos podrían incrementarse hasta alcanzar los $9,5 millones en bruto, lo que amenaza con reavivar el malestar social.
El aumento se desprende de la aplicación de la ley de enganche, sancionada durante la gestión de Cristina Kirchner y formalizada en abril de este año. Este mecanismo establece un vínculo directo entre los salarios de los empleados legislativos y las dietas de los senadores, lo que ha llevado a ajustes automáticos en función de las paritarias.
Villarruel presiona por el congelamiento
La vicepresidente Victoria Villarruel planteó públicamente la necesidad de extender el congelamiento de las dietas durante la conferencia de prensa posterior a la sesión especial del pasado jueves. «Espero que los senadores lo traten porque no soy senadora, no soy la que toma las decisiones», afirmó, dejando la responsabilidad en manos del cuerpo legislativo. Villarruel también hizo un llamado a que los legisladores «estén a la altura de las circunstancias» y mantengan las dietas congeladas.
Sin embargo, en el Senado no hay consenso para prorrogar la medida. Según trascendió, los legisladores buscarían una actualización salarial por debajo de la inflación acumulada, lo que implicaría un ajuste menor pero igualmente significativo.
Un aumento que genera tensiones
Desde abril, los sueldos de los senadores han sido objeto de fuertes cuestionamientos. En ese mes, las dietas se incrementaron un 400%, alcanzando los $7,8 millones en bruto tras la implementación del sistema de módulos que fija los sueldos en función de los empleados legislativos. Esta cifra, que incluye conceptos de gastos de representación y desarraigo, quedó congelada meses después debido a la presión social.
En agosto y noviembre, nuevos aumentos otorgados al personal legislativo volvieron a encender la polémica. En ambas ocasiones, el congelamiento salarial evitó que los ajustes se trasladaran a las dietas de los senadores. Ahora, con la resolución vigente próxima a vencer, los sueldos podrían superar los $9,5 millones en bruto, lo que representa un incremento significativo en comparación con la última actualización.
El contraste con la Cámara de Diputados
A diferencia del Senado, en la Cámara de Diputados no se aplica la ley de enganche, lo que ha provocado un desfasaje en los sueldos entre ambas cámaras. Actualmente, las dietas de los diputados rondan los $3,5 millones en bruto, a lo que se suman $625 mil por desarraigo, muy por debajo de lo que podrían percibir los senadores a partir de enero.
Si bien los jefes de bloque podrían solicitar una prórroga del congelamiento antes de fin de año, por el momento no hay señales de que esto ocurra. Otra alternativa sería que Villarruel firme una resolución unilateral para mantener las dietas sin cambios hasta el inicio del período ordinario, el 1 de marzo, aunque esta opción parece poco probable.
Mientras tanto, la discusión sobre el aumento de dietas promete sumar tensión en un Senado que ya enfrenta cuestionamientos tras la reciente expulsión del peronista Edgardo Kueider. Los legisladores deberán decidir entre mantener congelados sus salarios o enfrentar el impacto político de un ajuste en medio de una crisis económica.