En un giro inesperado, integrantes de la lista que respaldaba a Darío Epstein, asesor económico de Javier Milei, presentaron un reclamo ante la Inspección General de Justicia (IGJ) para cuestionar las elecciones internas de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). Esto ocurrió a pesar de que el pasado 19 de noviembre, durante la asamblea, Epstein y el candidato ganador, Mauro Berenstein, se habían abrazado y firmado el acta de la elección, en la que Berenstein obtuvo la presidencia con 85 votos contra 75. En ese momento, ambos habían acordado trabajar en unidad frente a los desafíos globales de la comunidad judía tras los ataques de Hamás y la posterior escalada de violencia en Gaza.
La campaña para la presidencia de la DAIA estuvo marcada por niveles de conflictividad sin precedentes. Acusaciones cruzadas, operaciones políticas y un clima de alta virulencia involucraron no solo a los candidatos, sino también a referentes políticos nacionales y sectores religiosos.
La lista de Epstein llegó a pedir el desplazamiento de un dirigente comunitario porque su hijo militaba en la agrupación Judíos por Palestina, generando tensiones internas y divisiones entre las instituciones religiosas, colegios y clubes sociodeportivos.
El resultado de las elecciones, definido por los votos de las instituciones en representación de sus miembros, había cerrado de manera aparentemente pacífica. Las actas firmadas por ambas listas y la validación del Consejo Electoral parecían sellar un acuerdo. Sin embargo, días después, una parte del sector de Epstein rompió ese consenso y recurrió a la IGJ, generando desconcierto y malestar, especialmente porque algunas instituciones declararon no haber autorizado su inclusión en el reclamo.
La intervención de la IGJ, presuntamente actuando «de oficio», despertó críticas por su carácter inédito en una elección interna de la comunidad judía argentina. La cercanía de Epstein con figuras como Milei, Patricia Bullrich y Sandra Pettovello generó suspicacias sobre el peso de la política nacional en este proceso. Sin embargo, judicialmente no será sencillo impugnar las actas que la propia lista de Epstein firmó tras la elección.
Por su parte, Berenstein, exdirector de la escuela Bialik de Devoto, sostuvo durante su campaña que su gestión sería apartidaria, aunque enfrenta el desafío de distanciarse de la histórica alineación política de la DAIA. La institución ha estado involucrada en controversias como su rol de querellante en la causa del Memorándum con Irán, en la que acusó a Cristina Kirchner y Héctor Timerman por traición a la patria, un cargo que fue desestimado por los jueces pero que aún mantiene a la DAIA activa en su ofensiva contra la expresidenta.
El nuevo presidente de la DAIA se presentará en el Teatro Colón Fábrica
El conflicto por las elecciones promete extenderse en los tribunales y pone a prueba la estabilidad institucional de la DAIA en un contexto de creciente antisemitismo global. Este miércoles, Berenstein debutará como presidente en el evento anual de la DAIA, que se realizará en el Teatro Colón Fábrica, en medio de un clima de escándalo y división interna.