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ESPECTÁCULO

«Un infarto, a terapia intensiva»: dolor en el mundo del espectáculo por lo que decidió comunicar Jorge Rial

Lo que contó fue realmente fuertísimo.

Jorge Rial

Un momento cargado de sentimientos fue el que se vivió en La Divina Noche de Dante, el programa que lleva adelante Dante Gebel a través de la pantalla de Canal Trece. Allí, estuvo como invitado nada más y nada menos que Jorge Rial, quien dio detalles del infarto que sufrió hace un año y medio en Colombia.

«Me fui del otro lado. Estuve ocho minutos técnicamente muerto. Omar fue el enfermero que cuando ya habían hecho todo se subió arriba mío literalmente y no me dejó ir. Es mi ángel. Me rescató, pero fueron ocho minutos donde técnicamente estuve muerto. Muchos creían que exageraba», comenzó exponiendo.

«Yo no hablé nunca de esto porque no sé qué es lo que pasó y no sé por qué pasó. Se me paró el corazón.Yo estaba en Bogotá con el famoso dolor de para de elefante, es una presión que en mi vida la sentí. Me fui a la ducha, el dolor seguía. La desperté a María (su novia) que es colombiana. Llamé al servicio médico. De pronto me hicieron un electro que dio bien…», apuntó.

«A la media hora volvió el médico y me dijo que estaba transitando un infarto. Le dije a María que llamara a mi hija y al doctor Capuya. Cuando me llevan a terapia intensiva para hacerme otro electro, me morí. Vi la luz blanca. La vi. Lo último que me acuerdo es que me estaban por hacer el electro y vi un túnel cuadrado, una luz muy blanca», dijo Jorge Rial.

Inmediatamente, decidió ir por más. «Lo que más me llamó la atención fue el calorcito que sentía. Yo me vi mis manos yéndose hacia la luz. Fue el momento más placentero de mi vida. Yo me quería ir. Mis manos se estaban yendo y de golpe sentí que me tironeaban. Ahí no sé. Yo estuve casi seis o siete horas hasta que me desperté», sostuvo.

«Antes de despertarme escuché la voz de mi nieto, de Fran. ‘Dale, Tata’, me decía. Yo pensé que me iba a enterrar y que estaba vivo. Le mandaba órdenes a mi cabeza, a mi cuerpo para moverme para que no me enterraran. En un momento abrí los ojos y miré a la enfermera que pegó el grito. Nadie me contaba lo que me había pasado. No están acostumbrado a que alguien resucite, es raro… Yo veía mucho movimiento alrededor mío. Omar me contó», sentenció.