El aumento de las dietas de los senadores a $9,5 millones ha encendido un nuevo foco de tensión en el oficialismo, con Victoria Villarruel en el centro de las críticas. Mientras la Casa Rosada apunta contra la vicepresidente como principal responsable de frenar el alza salarial, en el entorno de Villarruel aseguran que trabajan contrarreloj para evitar el incremento y contener el impacto político.
La controversia escaló luego de que Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, aprovechara las redes sociales para contestar un venenoso mensaje de Villarruel. “Si quiere servir a la Patria, como argentina le pido se ocupe de frenar el descabellado e inminente aumento de sueldos en el Senado. La ciudadanía está haciendo un esfuerzo heroico para superar la crisis heredada y no merece financiar dietas de $9,5 millones para ningún legislador”, expresó Bullrich en X. La declaración tuvo eco en LN+, donde reafirmó que el propio Javier Milei estaba indignado por la situación.
Tensiones en el oficialismo
En los ámbitos más cercanos al Presidente, el llamado “triángulo de hierro”, compuesto por Karina Milei, Santiago Caputo y el propio mandatario ven el aumento como un golpe inevitable que amplificará la indignación ciudadana. Sin embargo, no desaprovechan la oportunidad para responsabilizar a Villarruel por dilaciones administrativas en la Cámara Alta.
Desde el entorno de Villarruel responden que el aumento fue aprobado en abril durante una sesión que contó con apoyo transversal de todos los bloques. También afirman que están analizando medidas para frenar el incremento, aunque recalcan que el Senado no puede congelar unilateralmente las dietas sin consenso en una sesión especial.
“Estamos trabajando para evitar que los senadores cobren el aumento en febrero. Si no lo hubiéramos advertido, esto pasaba desapercibido”, defendieron en el equipo de la vicepresidenta.
El trasfondo de la disputa
El aumento salarial no es el único punto de tensión. Villarruel también enfrentó críticas internas tras cuestionar públicamente a Bullrich por la autorización del viaje del gendarme Nahuel Gallo a Venezuela, donde fue detenido. Este episodio exacerbó las diferencias entre la vicepresidente y algunos sectores del oficialismo, que ven en sus declaraciones una amenaza a la unidad interna.
Además, el rechazo a Villarruel no solo proviene del ámbito político, sino también de las redes sociales, donde algunos militantes libertarios la acusan de conspirar contra Milei. Fernando Cerimedo, encargado de las campañas digitales de Milei, reforzó esta narrativa, lo que agudizó las críticas hacia Villarruel.
Los tiempos apremian
Con el 31 de diciembre como fecha límite para frenar el aumento, el Senado enfrenta una difícil decisón. Si no se realiza una sesión antes de esa fecha, los senadores podrían recibir medio aguinaldo con un incremento sustancial en febrero. Este contexto pone en jaque tanto a Villarruel como al oficialismo en general, que intenta equilibrar el descontento social con las demandas internas de los legisladores.
Impacto político
El episodio también deja al descubierto las fracturas internas dentro del oficialismo y las estrategias para desviar responsabilidades. Mientras el triángulo de hierro busca fortalecer la imagen presidencial, Villarruel intenta sostener su rol institucional sin ceder terreno frente a las críticas. El desenlace de esta disputa será clave para determinar el impacto político de un tema que ya genera malestar entre los ciudadanos.