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POLÍTICA

Video: reapareció el exdiputado nacional que renunció tras una escena sexual en plena sesión vía Zoom

Se trata de Juan Ameri, ex Frente de Todos, quien, al excusarse, aseguró que esa escena “no tuvo absolutamente nada de sexual”, sino que fue “una situación afectiva”.

Diputado

En medio del escándalo por la detención del senador nacional Edgardo Kueider en Paraguay por la posesión de US$ 200.000 en efectivo sin declarar, reapareció públicamente Juan Ameri. Se trata del exdiputado nacional del Frente de Todos por Salta, quien en 2020 renunció a su cargo tras quedar envuelto en un escándalo durante una sesión legislativa vía Zoom, en tiempos de pandemia por Covid-19.

En esa ocasión, quedó grabado el momento exacto en que Ameri, mientras hablaba un par suyo de la Cámara baja, besaba un seno de su pareja, lo cual desató un verdadero escándalo, a tal punto que el salteño se vio obligado a renunciar a su banca y además debió afrontar una causa penal. Vulgarmente, a su vez, se ganó el mote “diputeta”, utilizado tanto en redes sociales como en medios de comunicación.

Y este lunes, Ameri volvió a los medios de comunicación. Durante una entrevista concedida a Futuröck, el ex Frente de Todos aseguró que no le afecta el mote “diputeta”. “Es la referencia que se hace desde los medios y se alimenta desde los medios todos los días o en cada oportunidad que hay”, manifestó el exdiputado, al tiempo que aseguró que no le cambia en la esencia.

Asimismo, consideró que “no fue una escena de corte sexual”, sino que “eso se vendió y eso es lo que vende”. “Para mí, no tuvo absolutamente nada de sexual”, insistió, y dio una explicación un tanto particular de cómo se dio aquel episodio. “La que hoy es mi expareja se había hecho un implante mamario hacía unos días. Yo vivía en un monoambiente en Salta, pudiendo haberme alquilado con la dieta de diputado un lugar más amplio”, puso en contexto.

En esta línea, continuó: “Pasa mi expareja hacia el baño, en el medio se me cae internet, ella me pregunta si se había caído para pasar por atrás mío al baño porque estaba viendo el tema de las cicatrices porque había una que estaba medio abierta. Cuando sale del baño se sienta en mis rodillas y le doy un beso como quien le da un beso a su hijo cuando se cae y se golpea”. “Fue cariñoso”, remarcó Ameri, y puntualizó: “En ese momento, la señal había levantado y no me había dado cuenta”.

“Mi delito fue estar distraído”, reconoció el exlegislador, aunque reiteró que “fue una situación completamente afectiva”. De todas formas, volvió a admitir: “Fui un bolud* y me hago cargo”. A su vez, resaltó: “Para mí no fue una tontería. Fue tan grave que me llevó a presentar la renuncia”, y recordó: “Caí en un estado depresivo terrible, al punto de pensar en suicidarme”.

Seguidamente, apuntó contra la dirigencia política por haberlo apuntado duramente tras el episodio. “Hablemos de moral. Ese mismo año, entre febrero y marzo, en el norte de la provincia de Salta murieron 40 pibes de hambre y de sed. Hablemos de por qué no hubo medios de comunicación una semana y media como hubo en la puerta de la casa del gobernador (Gustavo Sáenz) como hubo en la puerta de la casa de mis hijas o de mi hermana”, disparó Ameri.

En tanto, afirmó que no sintió que sus compañeros le hayan soltado la mano. “Ellos no tenían por qué sostenerme. En política, cuando uno se manda una cag*da y choca el barco, se hunde solo. Los peronistas lo entendemos de esa manera”. No obstante, se mostró enojado con el expresidente Alberto Fernández. “Salió a declarar que Juan Ameri es lo peor que le ha pasado a la política argentina. Hijo de put*, en ese mismo momento estaba haciendo cag*r a la mujer en (Quinta de) Olivos. El nivel de hipocresía…”, despachó.

Por último, consultado sobre la situación de Kueider, Ameri advirtió que el dinero que le encontraron “es el vuelto”. “Esa es la que se llevó para pasear o la que estaba trayendo porque la coima se la pagaron en Paraguay para que no quede registrada”. Aseguró que “cuando hay un gobierno peronista esas cosas no pasan”. Y cuando se enteró de ello, se dijo a sí mismo: “Me siento más bolud* por haber renunciado que por haberme equivocado”.