Este 18 de enero se cumplen cinco años desde que Fernando Báez Sosa, un joven estudiante de abogacía de 18 años, fue brutalmente asesinado a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell. Aquel ataque, perpetrado por un grupo de rugbiers de Zárate, dejó una marca imborrable en la sociedad argentina y convirtió a Fernando en un símbolo de lucha contra la violencia y la discriminación.
Una madrugada que cambió todo
La madrugada del 18 de enero de 2020 comenzó como unas vacaciones normales para Fernando y sus amigos. Risas y bailes marcaron las primeras horas de la noche, pero los problemas surgieron cuando una discusión menor dentro del boliche derivó en la expulsión del joven.
A las 4:32 de la madrugada, Fernando salió del lugar. Apenas ocho minutos después, en la vereda frente al boliche, fue emboscado por un grupo conformado por Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi.
El ataque, capturado por cámaras de seguridad y testigos, fue salvaje y alevoso. Mientras Fernando estaba indefenso en el suelo, los agresores lo golpearon hasta provocarle lesiones mortales. Según la autopsia, falleció por un paro cardíaco traumático causado por múltiples traumatismos en el cráneo.
«Caducó», el mensaje que estremeció al país
Tras el crimen, los agresores se dispersaron. A las 4:55, Lucas Pertossi envió un mensaje al grupo de WhatsApp que compartía con los demás: “Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos. Está la policía, llamaron a la ambulancia… caducó”.
Lo que siguió fue aún más perturbador. Las cámaras de seguridad de un McDonald’s registraron cómo Thomsen y Pertossi, ya con ropa diferente, compraron hamburguesas como si nada hubiera ocurrido.
Detenciones y juicio
Horas después del crimen, la Policía Bonaerense detuvo a los ocho implicados en una casa alquilada en Villa Gesell. Allí se encontraron pruebas cruciales, como zapatillas y prendas con sangre de la víctima. También fueron detenidos Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, quienes más tarde serían sobreseídos por falta de pruebas.
El caso tuvo un extenso proceso judicial que culminó en enero de 2023 con un juicio que captó la atención de todo el país.
Un llamado constante por justicia
Desde el asesinato de Fernando, sus padres, Graciela Sosa y Silvino Báez, han encabezado marchas y actos en memoria de su hijo. Su mensaje resuena con fuerza: “Fernando soñaba con ser abogado, pero su vida fue arrebatada por cobardes que no tuvieron piedad”.
El caso también generó debates sobre la violencia en la juventud, el rol de la justicia y la discriminación, convirtiéndose en un tema de reflexión para toda la sociedad.
Hoy, cinco años después, el recuerdo de Fernando sigue vivo. Su familia y amigos lo homenajean mientras continúan reclamando justicia, con la esperanza de que su muerte no quede impune y se convierta en un llamado para construir una sociedad más justa y libre de violencia.