El peronismo bonaerense atraviesa un momento de incertidumbre. Mientras la Unión por la Patria (UP) busca consolidar su frente para las elecciones legislativas de este año, sectores disidentes dentro del propio peronismo evalúan la posibilidad de formar alianzas que podrían fragmentar aún más el mapa electoral. Este escenario pone en jaque la hegemonía de Axel Kicillof y su estrecha relación con el kirchnerismo liderado por Cristina Kirchner.
Desde diversos sectores, tanto dentro como fuera de UP, surgen alternativas que prometen dinamitar la estructura oficialista. Los rumores de múltiples listas, un posible desdoblamiento electoral y las tensiones internas dejan al descubierto un panorama complicado para la principal fuerza opositora al Gobierno nacional de Javier Milei.
El PJ disidente: entre alianzas y rupturas
Figuras como Fernando Gray (Esteban Echeverría), Julio Zamora (Tigre) y “Juanchi” Zabaleta (Hurlingham), entre otros, encabezan un movimiento conocido como “la banda de la sopa”. Este grupo, que busca construir una alternativa territorial al peronismo tradicional de UP, se encuentra en pleno proceso de definición estratégica. Según fuentes cercanas, las opciones van desde listas locales hasta una participación más amplia en los comicios nacionales.
El disidente Zamora, distanciado del núcleo duro kirchnerista, ya ha iniciado conversaciones con el exgobernador cordobés Juan Schiaretti y Florencio Randazzo. Bajo el sello del partido Hacemos, estos actores buscan consolidar una propuesta política que trascienda el territorio bonaerense. La posible inclusión de otras figuras, como Facundo Moyano y Margarita Stolbizer, refleja el esfuerzo por construir un frente amplio con una identidad de centro.
Impacto en el escenario político bonaerense
La fragmentación peronista representa un desafío directo para Kicillof, cuya administración enfrenta críticas por su alineación con el kirchnerismo. En el interior de UP, las tensiones son evidentes. Kirchner aún no ha confirmado si apoyará una lista única con Kicillof a la cabeza o permitirá la competencia interna en unas primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO).
El panorama se complica aún más con la posibilidad de que el Gobierno nacional elimine las PASO, lo que forzaría a los sectores opositores a negociar acuerdos previos. Para el oficialismo bonaerense, esta incertidumbre añade presión, ya que un desdoblamiento electoral o una división de listas podrían debilitar su posición frente a La Libertad Avanza (LLA), liderada por Milei.
El peso de las alianzas con la UCR y otras fuerzas
Mientras tanto, el PJ disidente explora alianzas con sectores de la Unión Cívica Radical (UCR), un partido que atraviesa su propia crisis interna. Los contactos con figuras como Facundo Manes y Martín Lousteau, así como con legisladores como Pablo Domenichini y Maximiliano Abad, evidencian el interés por sumar apoyos de sectores críticos del radicalismo.
Estas posibles alianzas, junto con el armado de listas lideradas por Schiaretti y Randazzo, podrían presentar un serio desafío para UP, captando votos de un electorado moderado que busca alternativas al kirchnerismo.
Una amenaza para la hegemonía peronista
El PJ disidente no solo complica el tablero electoral para Kicillof, sino que también pone en evidencia las fracturas internas de UP. La línea mayoritaria, encabezada por el gobernador y Cristina Fernández, enfrenta el difícil reto de mantener la unidad sin perder su base territorial. Las acusaciones de complicidad entre el PJ disidente y el gobierno de Milei alimentan la narrativa de traición dentro del peronismo.