Moscato d’Asti es un vino espumante ligeramente dulce que se produce dentro y en los alrededores del pueblo de Asti, en la región de Piamonte al noroeste de Italia. Se produce a partir de la uva Moscato Bianco, que crece en aquella región desde hace muchos siglos. Asimismo, es la variedad considerada la primigenia, a partir de la cual habrían evolucionado todas las otras Moscato. Hoy en día, se reconocen de manera oficial ocho cepas distintas de Moscato en el Registro Nacional Italiano de variedades de uva. Sin embargo, existen más de doscientas variedades alrededor del mundo con las que se elaboran vinos base, espumantes, dulces y fortificados.
Un dato curioso respecto a la Moscato Bianco es que supone la única variedad que produce vino con el mismo aroma que la uva en sí misma. De ese modo, es posible oler el aroma en los viñedos y luego nuevamente en la copa.
Desde el año 1993, la denominación de vino Moscato d’Asti pertenece a la categoría de producción más alta de Italia, la DOCG (Denominación de Origen Certificada y Garantizada). Junto con los famosos vinos tintos Nebbiolo, Barolo y Barbaresco, el Moscato d’Asti es uno de los productos más característicos de la vinificación piamontesa y la mayoría de los principales productores completan su cartera con estos vinos excepcionalmente aromáticos.
Es fundamental no confundirlo con el Asti Spumante de la región, también elaborado con Moscato Bianco (y ahora llamado simplemente Asti). El Moscato d’Asti es algo más dulce, más suavemente espumante, con menos graduación alcohólica y generalmente de mucha mayor calidad.
Historia
La historia del Moscato d’Asti se remonta mucho tiempo más en el pasado de lo que la mayoría de la gente cree, pues se remonta a la época de los griegos, cuando se cultivaba con el nombre de Antilico. Los antiguos romanos la rebautizaron Apianae en honor a las abejas (ape en italiano), ya que estos insectos se sienten atraídos por los exquisitos aromas a flores, duraznos blancos, albaricoque y salvia de la uva.
En los albores del siglo XVI, el Príncipe de Saboya, cautivado por el vino Moscato, decretó que una quinta parte de todos los viñedos plantados en la zona debían ser de Moscato Bianco y quien plantara menos sería sancionado con una multa. Saboya también detuvo todas las demás importaciones de vides a la zona, un punto de inflexión en la historia del Moscato y que da cuenta de la importancia de la uva para la región.
Posteriormente, cobró relevancia la figura de Giovan Battista Croce, considerado el «padre» de Moscato d’Asti. Croce era un joyero milanés de la realeza, y asimismo fue propietario de viñedos donde experimentó con diversos sistemas de conducción de la vid. En su bodega perfeccionó las técnicas de elaboración de vinos dulces, aromáticos y de baja graduación alcohólica. La gente venía de todo el Piamonte para descubrir cómo elaboraba su vino, por lo que en 1606 publicó un libro titulado De la excelencia y diversidad de los vinos que se elaboran en la montaña de Torino y cómo elaborarlos. El libro se convirtió en un manual para los enólogos locales de Moscato d’Asti que querían elaborar los mejores Moscatos espumantes.
Dos razones para elegir el Moscato d’Asti
El Moscato d’Asti suele considerarse un vino de postre, pero su versatilidad lo hace perfecto para todo tipo de comidas, ya que es ligeramente dulce y nunca llega a empalagar. Con delicados aromas y sabores que recuerdan al durazno, al albaricoque, la salvia, el limón y el azahar, el vino es excelente solo, servido frío o con una variedad de antipasti como melón con jamón, mortadela, queso azul o cheddar y verduras fritas o cocidas al vapor. Para el plato principal, la dulzura del vino contrarresta el picante de los platos típicos de verano, como las carnes a la parrilla servidas con salsa picante o salsa barbacoa con chile.
Y, naturalmente, los vinos Moscato combinan a la perfección con los postres: tartas de frutas, postres cremosos, merengues, frutos rojos e incluso chocolate. Por otro lado, las suaves burbujas del vino son agradables al paladar y no abrumarán agresivamente ningún sabor sutil de un plato.
Asimismo, el Moscato d’Asti es un vino refrescante que estimula el apetito cuando se sirve al inicio de una comida y actúa como digestivo al final. Por ley, su contenido alcohólico no puede ser superior al 5,5%, lo cual contrasta notablemente con la mayoría de los demás vinos espumantes, cuyo contenido de alcohol varía entre el 11,5 y el 12,5%, así como con los vinos tintos y blancos que pueden alcanzar entre el 14 y el 15%. Siempre es una buena idea ofrecer a los invitados la opción de una bebida con bajo contenido de alcohol, especialmente en un día caluroso de verano cuando todos necesitamos hidratación. Incluso los niños pueden tomar un pequeño sorbo sin efectos nocivos, tal como se acostumbra en Italia.