Nicolás Maduro llama al pueblo ciudadanos a movilizarse este próximo 10 de enero para respaldar su juramento presidencial que dará inicio a su tercer mandato, tras las polémicas elecciones de julio pasado. Sin embargo, la histórica base popular del chavismo, los colectivos , parece haberle dado la espalda, evidenciando un profundo quiebre en el respaldo al régimen.
«Nos vemos en las calles, las esquinas y los barrios, en perfecta fusión popular-militar-policial», afirmó Maduro a través de un mensaje en Telegram. Según el mandatario, esta convocatoria busca reafirmar los valores de «paz, independencia y soberanía» frente a lo que llama «intervencionismo imperialista».
Una juramentación marcada por la tensión política
El acto del 10 de enero no solo enfrenta el desafío de las protestas convocadas por la líder opositora María Corina Machado , quien ha instado a los venezolanos dentro y fuera del país a rechazar la legitimidad del evento. También pone de manifiesto el debilitamiento interno del chavismo, con el distanciamiento de los colectivos, quienes históricamente han sido un pilar en la movilización y defensa del gobierno.
Una reciente reunión liderada por Valentín Santana, jefe del colectivo La Piedrita, dejó en evidencia el deterioro del respaldo: solo tres colectivos asistieron a la convocatoria, un contraste notable con los años en que estos grupos llenaban plazas en apoyo a la revolución bolivariana.
Nicolás Maduro llama al pueblo Vs Frustración por promesas incumplidas
Nicolás Maduro llama al pueblo pero en otro escenario hay descontento de sus ex aliados. «Ya en 2018 no queríamos que Nicolás repitiera en la presidencia», confesó un integrante del colectivo del 23 de Enero. La razón, explicó, radica en la crisis económica que ha deteriorado la calidad de vida de las comunidades populares, mientras «los corruptos llenan sus bolsillos».
El sentimiento de traición parece ser una constante entre los colectivos, quienes aseguran que Jorge Rodríguez, alto funcionario del régimen, prometió mayor participación en las decisiones gubernamentales a cambio de su apoyo en las elecciones de 2018. «Nos engañaron, ahora que se las arreglen solos», sentenció el líder comunitario.
De aliados a observadores
La ausencia de figuras clave como Jorge Navas, líder del frente de colectivos Sergio Rodríguez, y de las Cuadrillas Defensoras de la Paz (CUPAZ), refleja la fractura en las filas chavistas. Mientras tanto, la mayoría de los colectivos han optado por no participar en la defensa del gobierno de Maduro, marcando un giro en su relación con el régimen.
El 10 de enero no solo será un día de juramentación presidencial; también será un termómetro del verdadero respaldo que mantiene Maduro, tanto en las calles como en su base política. A medida que las protestas opositoras se suman al descontento interno, el régimen enfrenta un escenario cada vez más complejo.
En un panorama donde las bases chavistas están desgastadas y el apoyo popular disminuye, la convocatoria de Maduro se percibe más como un intento de supervivencia que como una celebración de legitimidad.