El 2024 cerró con un reflejo de la crisis económica en los festejos de fin de año: las ventas de espumantes, sidras y champagne cayeron un 50% en comparación con 2023. En la mayoría de los hogares se brindó con agua, gaseosas o fernet, lo que refleja un cambio en los hábitos de consumo.
De acuerdo a datos de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam), muchas familias abandonaron estas tradicionales bebidas y optaron por brindar con alternativas más accesibles.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) confirmó que las bodegas acumularon una caída del 1,3% en sus ventas entre enero y noviembre de 2024, con los espumosos mostrando una contracción particularmente fuerte del 27,8% en ese período. Diciembre, mes que suele repuntar las ventas, no logró revertir la tendencia, dejando a las bodegas con un balance negativo.
La sidra también tuvo bajas ventas en Año Nuevo
En supermercados y autoservicios mayoristas se registraron desplomes en las ventas de espumantes y sidras que superaron el 70% en algunos casos. Además, se observó un desplazamiento hacia marcas más económicas, como una medida de ajuste por parte de los consumidores.
La sidra, uno de los símbolos clásicos de las fiestas argentinas, sufrió una caída en ventas superior al 30%, según datos de Cadam. Este fenómeno también se explicó por los elevados costos, que alejaron este producto de las mesas de muchos hogares.
El balance de fin de año deja en evidencia cómo la recesión y la pérdida del poder adquisitivo impactaron hasta en las celebraciones más tradicionales. Las familias argentinas cerraron un 2024 austero, buscando adaptarse a un escenario económico que no dejó margen ni para el brindis habitual.
