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VIDA Y ESTILO

Château Maris: el modelo de viticultura sostenible

Un notable ejemplo de cómo el compromiso ambiental puede contribuir en el desarrollo de un vino de altísima calidad y reconocimiento mundial.

Château Maris es una bodega de renombre situada en La Livinière, en el corazón de la región de Minervois, entre Toulouse y Montpellier. La finca, de 45 hectáreas de terreno, está segmentada en numerosas parcelas sobre la soleada ladera orientada al sur, encima de La Livinière.

El terruño se caracteriza por presentar una leve pendiente y una rica combinación de esquistos, areniscas, cuarzos, mármoles y calizas, que se fueron desarrollándose a lo largo de millones de años. Este suelo ecléctico, compuesto de arena, arcilla y guijarros, conforma una serie de terrazas a diferentes alturas, proporcionando, de ese modo, un entorno ideal para el cultivo de la vid. Nutridas por el sol del Mediterráneo y refrescadas por los vientos de los vecinos montes Pirineos, los viñedos se benefician de un clima único que confiere a los vinos de Château Maris un carácter bien definido y distintivo.

La filosofía

Château Maris es reconocida a nivel mundial por su claro y riguroso compromiso con el medioambiente y las prácticas sostenibles. En ese sentido, obtuvo la certificación Ecocert en 2002, seguida de la Biodyvin en 2004 y la Demeter en 2008. El profundo respeto de la bodega por la naturaleza ocupa un lugar central para su filosofía. Siguiendo los principios de la viticultura biodinámica, el equipo de trabajo reconoce los roles de la vida en todas sus formas y, en tal sentido, se esfuerza por cuidar y comprender la naturaleza cada día.

El papel del entorno natural es tan importante para la bodega que incluso observan meticulosamente los ciclos lunares y solares de modo que se pueda trabajar en armonía con la naturaleza. De ese modo, se consigue que el complejo ecosistema de los suelos y los organismos vivos del viñedo influya en la calidad y los sabores de la uva. Esta creencia en prácticas más respetuosas supone la piedra fundacional para producir vinos de calidad excepcional.

Una de las características más distintivas de Château Maris es la incorporación de levaduras autóctonas y sus exclusivas vasijas de vinificación, las cuales incluyen tinas de madera, hormigón grueso y forma de huevo hechas a medida.

Estas tinas ovoides, inspiradas en las dolia vinarium romanas, facilitan el flujo natural de energía y las corrientes de convección durante el proceso de fermentación. Como resultado, los vinos se desarrollan con un carácter distintivo y auténtico. Por otro lado, Château Maris lleva a cabo un proceso de elaboración que preserva la ligereza y pureza de los vinos, conseguidas mediante la re suspensión natural de lías finas.

La historia de la bodega y el sistema de Biodinámica

Château Maris es producto exclusivo de la visión del inglés Robert Eden, quien migró hacia Francia hace más de 20 años con el objetivo de perseguir su sueño de elaborar vinos que reflejen, en lugar de enmascarar, la tierra en la que se cultivan las uvas. Este decidido enfoque de Robert acerca de la elaboración del vino se fundamente en la premisa central de que el vino se «cultiva», no se «fabrica».

La clave para conseguir vinos que efectivamente consigan develar el verdadero carácter de la tierra, Château Maris se adhiere de manera ineluctable a la biodinámica, que es, de hecho, un sistema potenciado de agricultura orgánica. Efectivamente, la biodinámica adopta un enfoque holístico que considera todo el viñedo como un sistema vivo que afecta y se ve igualmente afectado por su entorno. La biodinámica, en ese sentido, busca fomentar la vitalidad en el viñedo introduciendo materia viva en el suelo mediante un compostaje intensivo. Asimismo, la biodinámica añade un fuerte énfasis en el provecho de los ciclos que ocurren de manera natural.

Toda la finca está certificada como Orgánica y Biodinámica, principalmente por el empleo de preparaciones homeopáticas, en detrimento de productos químicos, en su terreno. El sótano en sí mismo supone el único edificio existente construido íntegramente con bloques de cáñamo y carente pintura, plástico y productos químicos. Merced a las propiedades geotérmicas del cáñamo, la bodega no tiene sistema de calefacción ni de refrigeración, lo cual hace que el proyecto no solo sea energéticamente autosuficiente sino que también lo convierte en una de las pocas construcciones con emisiones de carbono negativas en todo el mundo.