El Gobierno de Javier Milei apuesta por una estrategia de «dólar anclado» como eje de su política económica en un año electoral crucial. Esta decisión combina medidas de financiamiento internacional, créditos impulsados por el blanqueo de capitales y una desaceleración controlada del ritmo devaluatorio, consolidando su compromiso con la estabilidad cambiaria y la lucha contra la inflación.
La reciente obtención de un crédito REPO de USD 1.000 millones, otorgado por cinco bancos internacionales, inyectó optimismo en los mercados. Aunque el monto ofrecido inicialmente era de USD 2.850 millones, esta operación refuerza la percepción de que Argentina ha logrado abrir una vía hacia el financiamiento internacional.
El blanqueo de capitales implementado en 2024 fue otro factor clave, generando ingresos por USD 31.000 millones que fortalecieron las reservas y permitieron al Banco Central adquirir USD 22.000 millones, aunque gran parte de estos recursos se destinaron al pago de compromisos internacionales y a la intervención cambiaria. Según la consultora Quantum, las reservas netas, aunque aún negativas en USD 4.335 millones, muestran una recuperación significativa frente a los USD 11.708 millones negativos registrados en diciembre de 2023.
Reducción en el ritmo de devaluación
En un movimiento que busca consolidar la estabilidad económica y política, el presidente Milei adelantó su intención de reducir el ritmo de devaluación del dólar oficial del 2% al 1% mensual. Esta decisión depende del dato de inflación de diciembre, cuyo resultado se conocerá el 14 de enero.
Con la inflación anual proyectada en torno al 2,6%-2,9% para diciembre, la administración de Milei considera que la estabilidad de las reservas y la reducción de la brecha cambiaria al 14% justifican esta estrategia de «dólar barato».
El desafío de mantener la confianza de los exportadores
El «dólar blend», que permite a los exportadores liquidar el 20% de sus divisas a través del contado con liquidación (CCL), se mantiene como un punto crítico. Aunque eliminar esta medida incrementaría las reservas del Banco Central, también podría generar tensiones con los sectores exportadores, especialmente el agropecuario, que ya enfrenta presiones por la apreciación del tipo de cambio, las retenciones y la baja en los precios internacionales de la soja, actualmente en USD 370 por tonelada.
Un cóctel para la estabilidad financiera
La estrategia del gobierno incluye varios elementos clave. El blanqueo de capitales genera fondos para créditos empresariales y mejora la liquidez del mercado. Los créditos internacionales, como el REPO de USD 1.000 millones y la búsqueda de USD 11.000 millones adicionales, marcan una apuesta por el financiamiento externo para sostener el gasto y estabilizar el mercado.
La intervención en el mercado cambiario busca mantener la brecha entre el dólar oficial y el CCL en niveles bajos. Finalmente, el ritmo devaluatorio controlado refuerza el anclaje del dólar para evitar presiones inflacionarias.
Riesgos externos y electorales
A pesar de los avances, la estrategia enfrenta desafíos significativos. La fortaleza del dólar en los mercados internacionales, impulsada por la política económica de Estados Unidos y el posible fortalecimiento del billete verde bajo la administración de Donald Trump, podría presionar a las monedas emergentes y los precios de las materias primas.
Además, la decisión de mantener un «dólar barato» en un contexto global de apreciación del dólar es una jugada audaz que, aunque políticamente necesaria para las elecciones legislativas, podría generar tensiones económicas a mediano plazo.