Domaine de Thalabert es el viñedo más antiguo de la denominación Crozes-Hermitage, en la región francesa del Ródano. Desde 1834, este viñedo histórico y único es propiedad de Domaines Paul Jaboulet Aîné. Para la finca, Thalabert supone no solo una cuvée emblemática sino, y sobre todo, una parte integral del patrimonio.
En efecto, su geología distintiva y su prolífica historia la convierten en una piedra angular en lo que respecta a la identidad de la bodega, ya que no solo produce uvas excepcionales, sino que a la vez representa el conocimiento y el compromiso con la calidad.
La casa Paul Jaboulet Aîné se fundó en el año 1834 sobre la colina de l’Hermitage en Tain l’Hermitage. Hoy en día es la enóloga Caroline Frey junto con su familia y su equipo quienes la manejan y la administran. Desde 2016, las vides cuentan con la certificación ecológica y se cultivan con un enfoque regenerativo.
El viñedo Thalabert se sitúa en la llanura rocosa conocida como Les Châssis, concretamente en las terrazas bajas del Ródano. Su terroir único presenta guijarros redondeados y arcilla roja.
Desde luego, la singularidad especial del terroir se ve reflejada en los vinos, proporcionando un ejemplar generoso, denso, bañado por el sol, carnoso y redondo, con taninos sedosos y un final duradero. Domaine de Thalabert cuenta con un total de 40 hectáreas y la edad de los viñedos promedia los 40-60 años. El hecho de que la denominación de origen Crozes-Hermitage tenga una cantidad muy limitada de vides viejas también contribuye a que Thalabert tenga una personalidad única.
Algunas características especiales
Los antiguos viñedos confieren a Thalabert un potencial de envejecimiento excepciona. Ello trajo aparejado que fuera ampliamente reconocido como el Crozes-Hermitage que mejor se desenvuelve con el paso del tiempo. Varias añadas, tales como las 1978, 1982, 1990, 1991, 2009, 2010 y 2012 ya dieron sobrada cuenta de su carácter excepcional.
La producción se limita a aproximadamente unas 70.000 botellas y 2.000 magnums para Domaine de Thalabert, y únicamente 20.000 botellas y 150 magnums para la cuvée Domaine de Thalabert Mule Blanche. En este aspecto, los vinos blancos de Crozes-Hermitage son cada vez más populares entre los entusiastas del vino. No se trata de un simple vino de aperitivo sino de un excelso vino para la gastronomía, capaz de realzar el maridaje gracias a su agradable y característico amargor en el final.
Efectivamente, el Mule Blanche sobresale entre otros ejemplares por su finura, su equilibrio y su refinada calidad a la hora de expresar el terroir de Crozes-Hermitage. Los sutiles aromas de flores blancas, cítricos y frutas con carozo, combinados con una encantadora mineralidad, lo hacen muy apreciado por los expertos y los iniciados que buscan complejidad y elegancia. Asimismo, se vinifica con una mínima crianza en barrica, lo cual le confiere un carácter delicado y equilibrado.
Como detalle de color, el nombre Mule Blanche busca rendir un homenaje a las mulas que antiguamente trabajaban estas parcelas. A diferencia de los caballos tradicionales, estas mulas presentaban mayor agilidad y robustez, moldeando, de ese modo, el carácter del viñedo y dando nombre a este vino refinado y picante.
