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POLÍTICA

Duro golpe para Hugo Moyano: la paritaria de Camioneros se encamina a cerrar en un tercio de lo que pretendían los gremialistas

En un momento donde los acuerdos salariales se mantienen cerca de la inflación, Camioneros parecía buscar la confrontación política.

Hugo Moyano

El sindicato de Camioneros, encabezado por Hugo Moyano, se encuentra con un acuerdo paritario muy por debajo de lo que esperaba. A pesar de haber solicitado un aumento cercano al 15%, el gremio se ve obligado a conformarse con un 5,5% en total para los primeros tres meses del año. Con incrementos del 2,2% en diciembre, 1,8% en enero y 1,5% en febrero, los camioneros terminan cerrando un acuerdo muy por debajo de sus expectativas, que representaban casi el triple de lo que finalmente se acordó. Si bien se logró un bono de $600.000, pagadero en cuatro cuotas, la cifra resultaba desmesurada frente a los aumentos salariales que otros sectores lograron, ajustados de acuerdo a la inflación.

Este cierre de paritaria deja al descubierto la disparidad entre lo solicitado por el sindicato y las condiciones que enfrenta el país, lo que ha generado tensiones. Los camioneros, que históricamente han estado cercanos a los gobiernos kirchneristas, parecían buscar un acuerdo que fuera mucho más allá de la inflación, en un claro intento de desestabilizar y confrontar con la actual administración.

Mientras otros sectores sindicales han acordado incrementos alineados con el índice de inflación o incluso ligeramente por debajo, los camioneros parecían querer escalar una lucha que no se correspondía con el contexto económico actual.

El contexto político y las presiones sobre el Gobierno

La paritaria de Camioneros no solo refleja una disputa salarial, sino también una clara estrategia política. El gremio de Moyano intentó aprovechar la situación para presionar al Gobierno nacional, exigiendo aumentos mucho mayores a los previstos, en un intento por desestabilizar y poner en jaque la gestión de Javier Milei. A medida que las conversaciones se prolongaban, las amenazas de medidas de fuerza se hicieron cada vez más presentes.

En un momento en que los acuerdos salariales en otros sectores siguen de cerca el índice de inflación o se mantienen muy cerca de este, la postura del sindicato camionero parecía tener como objetivo la confrontación política más que la mejora real de las condiciones laborales de sus trabajadores.

El ajuste salarial y las expectativas del gremio

La diferencia entre el acuerdo paritario que se cerró y lo que originalmente pedía el sindicato refleja la dureza de la negociación y las dificultades para llegar a un acuerdo razonable. Los camioneros habían solicitado incrementos mensuales del 5% para los tres primeros meses del año, lo que representaba una suba considerablemente por encima de las previsiones económicas. La postura del Gobierno, que ha mantenido una política fiscal restrictiva y ha desalentado acuerdos salariales excesivos, finalmente prevaleció, lo que dejó a los camioneros en una situación incómoda.

Al finalizar las negociaciones, el sindicato se vio obligado a aceptar un aumento total del 5,5%. Mientras tanto, otros sectores sindicales, como los mecánicos de Smata o los trabajadores de la UOM, lograron acuerdos más alineados con la evolución del IPC. La postura del sindicato de Moyano se ve como un intento de aprovechar la ocasión para generar presión política, más que una verdadera búsqueda por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.

Una estrategia cuestionada y los costos políticos para Moyano

La postura de Moyano y su sindicato, alejada de las necesidades del momento económico, podría costarles políticamente. Si bien el gremio siempre ha sido una fuerza poderosa dentro de la política argentina, su intento por presionar más allá de la capacidad del país para otorgar aumentos salariales podría generar tensiones no solo con el Gobierno de Milei, sino también con otros sectores que se sienten afectados por esta postura radical.