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ECONOMÍA

El consumo masivo cayó un 18% en diciembre y el 2024 cerró con la mayor caída desde la crisis del 2002

La gestión libertaria sostiene que los sacrificios del 2024 fueron imprescindibles para poner a la economía en el camino del crecimiento.

Consumo masivo

El consumo masivo en Argentina cerró 2024 con una de las mayores caídas de las últimas dos décadas, confirmando lo que el actual presidente Javier Milei había anticipado como el “año más difícil” para el país tras la herencia de las políticas populistas y socialistas del kirchnerismo. Según datos de la consultora Scentia, las ventas de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza cayeron un 18% interanual en diciembre, acumulando una contracción del 13,9% a lo largo del año.

El impacto de 2024 en el consumo masivo no sorprendió al equipo económico, que desde su asunción alertó sobre las consecuencias de las políticas aplicadas durante el gobierno anterior. La combinación de un gasto público desmedido, emisión monetaria sin control y medidas populistas dejó a la economía en una situación de extrema fragilidad. “Este será un año de ajuste necesario para corregir los desequilibrios heredados”, señaló el ministro de Economía, Luis Caputo, en noviembre de 2023.

La caída interanual del 18% en diciembre reflejó tanto el desgaste acumulado como un contexto de bases de comparación infladas por el “Plan Platita” lanzado por el kirchnerismo en 2023, que sobrecalentó el consumo momentáneamente sin generar bases sólidas para su sostenimiento.

Desaceleración inflacionaria, pero consumo en retroceso

A pesar de la desaceleración de la inflación, que cerró diciembre en un 2,7% según el INDEC, los niveles de consumo masivo continuaron en caída. Las categorías más afectadas fueron bebidas sin alcohol (-24,4%), bebidas alcohólicas (-22,7%), y productos de higiene y cosmética (-21%). Incluso sectores como alimentos, esenciales para los hogares, mostraron una baja del 13,3% en diciembre.

Los canales de distribución también reflejaron este retroceso. Los supermercados registraron un descenso del 17,3% interanual en diciembre, mientras que los autoservicios independientes tuvieron una caída aún más pronunciada, del 18,7%. Estas cifras evidencian el deterioro del poder adquisitivo y los cambios en los patrones de consumo de la población.

Un contexto heredado de políticas populistas

En el 2024 se tuvo que ajustar para corregir los desequilibrios generados durante los años de gestión kirchnerista. La política de emisión descontrolada, el congelamiento de tarifas, los subsidios indiscriminados y el uso discrecional de fondos públicos dejaron a la economía con un alto nivel de inflación, un déficit fiscal insostenible y una población con ingresos deteriorados.

El consumo masivo, una de las áreas más sensibles de la economía, sufrió particularmente los efectos de estas políticas. Durante los años previos, medidas como el control de precios y los programas de estímulo al consumo generaron un aumento artificial de la demanda, que no se sostuvo en un marco de estabilidad económica.

Proyecciones para 2025: ¿un año de recuperación?

A pesar del difícil panorama de 2024, el gobierno de Milei trabaja en una estrategia para recuperar el consumo y estabilizar la economía. Osvaldo del Río, director de Scentia, señaló que “con la desaceleración de la inflación y cierta recuperación salarial, 2025 podría mostrar un crecimiento moderado en el consumo, cercano al 3% respecto a 2024”.

Por su parte, el equipo económico apuesta a consolidar las reformas estructurales implementadas en el último trimestre de 2024. Medidas como la reducción del crawling peg, el ajuste en las tasas de interés y la eliminación de impuestos distorsivos buscan generar un marco más estable para el consumo y la inversión.

La herencia y el camino hacia la reconstrucción

El 2024 quedará marcado como un año de ajustes necesarios para corregir los excesos y desequilibrios heredados. Si bien los indicadores muestran un deterioro significativo en el consumo masivo, Milei sostiene que estos sacrificios son imprescindibles para poner a la economía en un camino de crecimiento y romper con el ciclo de políticas populistas que llevaron al país a esta situación.

La recuperación no será inmediata, pero las bases de un modelo económico más eficiente y sostenible están en construcción, apuntando a un 2025 que permita vislumbrar un futuro con mayor estabilidad y oportunidades para los argentinos.