El gobierno de Brasil reclamará explicaciones al de Estados Unidos tras el regreso de 88 brasileños deportados en condiciones que, según denuncias, atentaron contra su dignidad. Los deportados llegaron esposados, sin acceso suficiente a agua o baños, y enfrentaron problemas técnicos en el vuelo que incrementaron su malestar.
El episodio se da en medio de la política migratoria restrictiva de la administración Trump, lo que marcó el primer roce diplomático entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y su par estadounidense. Según un comunicado de la cancillería, se solicitó un «pedido de explicaciones» al gobierno norteamericano por lo que calificaron como un «trato denigrante».
Dignidade para os brasileiros, sempre ??! Ao tomar conhecimento da situação dos brasileiros deportados que chegaram algemados em solo brasileiro, o presidente Lula fez questão que os brasileiros fossem levados até seu destino final em aeronave da FAB, com conforto e respeito (+) pic.twitter.com/iPv8U3Qb0F
— Governo do Brasil (@govbr) January 26, 2025
Denuncias de los deportados
Entre los deportados, Edgar Da Silva Moura, un técnico informático de 31 años, describió la experiencia como una «pesadilla». Moura relató que durante el vuelo no les dieron agua, estaban esposados y se les negaba acceso al baño, lo que generó un clima de indignación.
Otro de los afectados, Luis Antonio Rodrigues Santos, de 21 años, detalló problemas técnicos en la aeronave, como la falta de aire acondicionado durante horas, lo que agravó la situación para personas con problemas de salud, incluidos niños con discapacidades. «Es un desprecio a los derechos fundamentales», expresó Rodrigues.
Críticas a las políticas migratorias de Trump
El Ministerio de Justicia de Brasil rechazó el uso de esposas y otros métodos que violan la dignidad de los ciudadanos deportados. «La dignidad de la persona humana es un pilar del estado democrático de derecho y un valor innegociable», subrayaron en un comunicado oficial.
Desde que asumió en enero, Donald Trump endureció su postura contra la migración ilegal, implementando deportaciones masivas y reforzando medidas de control fronterizo. Según datos oficiales, 265 personas fueron deportadas solo el viernes, principalmente hacia países como Guatemala.
Al aterrizar el vuelo en Manaos, las autoridades brasileñas ordenaron la inmediata liberación de los deportados de las esposas, resaltando su soberanía sobre los ciudadanos en territorio nacional. El presidente Lula dispuso el uso de una aeronave de la Fuerza Aérea para trasladar a los deportados a Belo Horizonte, su destino final.
Fuentes del gobierno brasileño explicaron que este vuelo se enmarca en un acuerdo bilateral de 2017 que regula las deportaciones entre ambos países. Sin embargo, enfatizaron que el trato recibido no es acorde a los estándares acordados ni a los derechos fundamentales.
Impacto político y humanitario del caso
Este episodio subraya las tensiones entre ambos países respecto a la migración ilegal, un tema central en la agenda de Trump. Mientras, en Brasil, las críticas apuntan a defender los derechos de sus ciudadanos y a garantizar que no se repitan situaciones similares en futuros operativos.
El gobierno Brasil reafirmó su compromiso de proteger a los migrantes y aseguró que seguirá exigiendo explicaciones al gobierno de Estados Unidos. Este caso no solo representa un desafío diplomático, sino también un recordatorio de la vulnerabilidad de los migrantes en contextos de políticas restrictivas.