El petróleo Brent, referencia en Argentina, alcanzó este lunes los USD 80 por barril, el nivel más alto en tres meses. Este aumento se da en un contexto de sanciones de Estados Unidos contra Rusia, lo que genera preocupación en el sector de los combustibles en el país. Las petroleras locales evalúan cómo este cambio podría impactar en los precios de la nafta y el gasoil, en medio de los esfuerzos del Gobierno por controlar la inflación.
Desde comienzos de año, el Brent pasó de cotizar a USD 75 a alcanzar los USD 81, con un aumento de casi 6% en los últimos cinco días y de 10% en el último mes. Este incremento responde a factores como las sanciones a Rusia, el endurecimiento de restricciones al crudo iraní y la caída en las reservas de petróleo en Estados Unidos.
La mirada de las petroleras
Las empresas del sector, como YPF, han advertido que este panorama podría desbalancear los precios locales. En octubre de 2024, YPF propuso un “pacto” con los consumidores, asegurando que las variaciones en el precio internacional del crudo se reflejarían en los surtidores. Sin embargo, las recientes fluctuaciones del mercado ponen a prueba este compromiso.
En diciembre y enero, los combustibles registraron aumentos moderados. Este mes, YPF aplicó un ajuste del 1,75% promedio en todo el país, un porcentaje que estuvo por debajo del tipo de cambio oficial y de la inflación mensual. A pesar de ello, en la compañía estatal destacan que sus precios aún están alineados con los valores internacionales.
Posibles impactos en el consumidor
El incremento en el precio del crudo a USD 80 por barril , podría traducirse en nuevos aumentos para los consumidores. Según fuentes del sector, si la tendencia alcista persiste, las petroleras tendrían que ajustar los precios en los surtidores para mantener la rentabilidad.
Además, el impuesto al combustible, que sube 1% mensual, y la devaluación oficial del 2% mensual, aumentan la presión sobre los costos operativos. Esto complica cualquier posibilidad de reducir los precios, incluso si el crudo llegara a bajar.
Por otro lado, se espera que el Banco Central decida esta semana una reducción en el ritmo de devaluación del peso, lo que podría influir en los costos del sector energético.
Desafíos para el Gobierno
La gestión de Javier Milei enfrenta el desafío de equilibrar la estabilidad en los precios de los combustibles con el objetivo de controlar la inflación. Cualquier aumento significativo en la nafta y el gasoil podría repercutir en otros sectores de la economía, afectando directamente a los consumidores.
Con un mercado internacional volátil y factores internos que también presionan los costos, las decisiones sobre los precios de los combustibles serán clave en las próximas semanas. La evolución del precio del petróleo continuará marcando la pauta para el sector energético y para el bolsillo de los argentinos.