En 2024, el sistema previsional argentino cerró con 7,28 millones de beneficiarios, pero una diferencia sustancial marca el panorama: el 59% de los jubilados accedió a su beneficio mediante algún tipo de moratoria, mientras que solo el 41% cumplió con los aportes y requisitos necesarios.
De acuerdo a datos de la Subsecretaría de Seguridad Social de la Nación, hay 4.329.041 jubilados con moratoria (59,4%) frente a 2.949.789 sin ella (40,5%). Esta situación muestra un crecimiento sostenido en el uso de moratorias para acceder a jubilaciones. En comparación, en 2005 había apenas 4.833 beneficiarios por moratoria, cifra que se disparó a 4,3 millones en 2024. En cambio, el número de jubilados «normales» se ha mantenido estable en torno a los 3 millones desde 2001, aunque con una leve disminución en 2024.
El crecimiento de las moratorias marcó un punto de inflexión en 2015, cuando los beneficiarios con este régimen alcanzaron los 3,2 millones, superando por primera vez a los 3,1 millones de jubilados que cumplían con todos los aportes necesarios. Desde entonces, la brecha no ha dejado de ampliarse.
En términos porcentuales, las moratorias representan el 59% del total de jubilaciones, mientras que las pensiones completas solo alcanzan el 41%. Estas cifras refuerzan el debate sobre la sostenibilidad del sistema previsional argentino, basado en el modelo de reparto solidario.
El acceso a nuevas moratorias para futuros beneficiarios vence en pocos meses
En marzo de 2025, finalizará la vigencia de la última moratoria previsional, y el Gobierno ya adelantó que no habrá prórrogas. Esto podría marcar un cambio drástico en la dinámica de acceso a jubilaciones, aunque muchos analistas advierten que el sistema podría enfrentar aún más tensiones.
Un estudio de IDESA estima que, a nivel consolidado, considerando todos los regímenes previsionales en el país, solo el 20% de las jubilaciones son completamente normales. El restante 80% incluye beneficios especiales, como los obtenidos mediante moratorias o casos de personas que cobran doble jubilación.
Mientras tanto, el debate sobre la sostenibilidad del sistema y las desigualdades internas continúa siendo una asignatura pendiente para las políticas públicas argentinas.
