El gobierno de Estados Unidos ha publicado nuevas pruebas que vinculan al dictador venezolano Nicolás Maduro con las Farc, con actividades de narcotráfico y narcoterrorismo, según investigaciones de la Fiscalía y del Departamento de Estado. Estos documentos señalan que desde los inicios de los 2000, Maduro habría entablado alianzas con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) para traficar cocaína hacia territorio norteamericano.
De acuerdo con el informe, Maduro lideraba el Cartel de Los Soles, una organización criminal que trabajó de manera coordinada con las Farc durante más de dos décadas. La alianza tenía como objetivo inundar el mercado estadounidense de cocaína, utilizando rutas marítimas y aéreas desde Venezuela. Según datos del Departamento de Estado, en 2010 se registraron al menos 75 vuelos ilegales entre Venezuela y Honduras que formaron parte de esta operación.
La ruta de la cocaína
El informe detalla que el tráfico de drogas se realizaba a través de pistas clandestinas en el estado venezolano de Apure, además de embarques marítimos desde las costas hacia el Caribe y Centroamérica. Para facilitar estas operaciones, miembros del Cartel de Los Soles y las Farc sobornaron a altos funcionarios venezolanos, incluidos Maduro, Diosdado Cabello y Hugo Carvajal, para acceder a puertos y obtener datos de radar aéreo y marítimo.
En 2003, por ejemplo, el Cartel de Los Soles entregó 300.000 dólares a Jesús Santrich, líder de las Farc, para establecer un campamento en Apure destinado al procesamiento de cocaína. Este vínculo permitió a ambas organizaciones operar con mayor eficacia y expandir sus actividades ilícitas.
Armas y entrenamientos
Bajo el liderazgo de Maduro, el Cartel de Los Soles no solo traficaba drogas, sino que también proporcionaba armas de grado militar a las Farc. Además, entrenaba a milicias no autorizadas que servían como extensiones de las fuerzas armadas venezolanas. Estas acciones consolidaron la relación entre el régimen venezolano y la organización colombiana, fortaleciendo su capacidad operativa conjunta.
Recompensa y advertencias
En respuesta a estas revelaciones, Estados Unidos elevó la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro a 25 millones de dólares, incrementando los 15 millones que ya estaban en vigor desde 2020. Las autoridades también han instado a cualquier persona con información a comunicarse con la DEA o las embajadas y consulados estadounidenses.
Las acusaciones contra Maduro forman parte de una estrategia internacional para combatir el narcotráfico y desmontar las estructuras que han financiado actividades terroristas en la región. La presión sobre el régimen venezolano continúa, mientras la justicia estadounidense busca responsabilizar a los involucrados por décadas de crímenes transnacionales.