El comienzo de 2025 trae consigo un ajuste en las escalas del Impuesto a las Ganancias que impactará a una mayor cantidad de trabajadores. Según los especialistas, el incremento en los salarios por encima de la inflación, sumado a las nuevas disposiciones fiscales, hará que empleados que hasta ahora estaban exentos comiencen a tributar, afectando directamente su poder adquisitivo.
Desde enero de 2025, el mínimo imponible para tributar Ganancias se estableció en $2.280.700 brutos, equivalente a un salario neto de $1.892.937, considerando que no haya deducciones por familiares o gastos personales. Para quienes deduzcan cónyuge y dos hijos menores de 18 años, el piso sube a $3.024.494 brutos ($2.516.337 netos). En el caso de los trabajadores autónomos, los ingresos mensuales promedio sujetos al impuesto oscilan entre $1.468.658 y $1.631.843, dependiendo de la categoría.
Estas modificaciones, basadas en un aumento del 11,78% según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del último trimestre de 2024, reflejan ajustes que, según expertos, no logran acompañar el crecimiento real de los salarios, ampliando la cantidad de contribuyentes.
Crecimiento del universo de contribuyentes
Sebastián Domínguez, contador especializado en tributación, explicó que el aumento en los contribuyentes responde a dos factores clave: aumentos salariales reales y ajustes insuficientes en las escalas. “La única solución para evitar esto sería una reforma legislativa a través del Congreso, ya que el Ejecutivo no puede realizar estos cambios por decreto”, señaló.
Domínguez también destacó que las sumas no remunerativas, antes exentas, ahora son gravadas, aumentando la carga fiscal. “El esquema actual no permite evitar Ganancias mediante acuerdos paritarios que incluyan conceptos no remunerativos, como ocurría anteriormente”, agregó.
Carlos Schestakow, otro experto en la materia, coincidió en que las deducciones disponibles para los trabajadores son insuficientes para equilibrar el impacto fiscal. “Sobre el sueldo bruto, se tributa aproximadamente sobre el 83%, ya que sólo se descuentan aportes jubilatorios y de obra social. Sin embargo, las demás deducciones tienen un alcance limitado”, explicó.
Implicancias económicas y políticas
El economista Daniel Garro, director de Value International Group, anticipó efectos tanto en el consumo como en la recaudación estatal. “El aumento de contribuyentes generará mayores ingresos fiscales, pero reducirá el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que podría afectar el consumo”, dijo.
Por su parte, Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), minimizó el impacto en el consumo general. Argumentó que el impuesto afecta principalmente a trabajadores con mayores ingresos, quienes tienen una mayor capacidad de absorción fiscal. Además, destacó que “la recaudación del impuesto no representa un porcentaje significativo del total del presupuesto nacional”.
Efecto progresivo sobre los salarios
Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, subrayó cómo la progresividad del impuesto afecta a los trabajadores formales. “Si el salario real sube un 5% pero Ganancias reduce 0,5% de ese aumento, el crecimiento neto es menor. Esto se percibe como una pérdida, aunque el ingreso neto aumente”, explicó.
Bour también alertó sobre el impacto en los trabajadores que ingresan al régimen por primera vez: “Pasar de no pagar el impuesto a hacerlo implica un cambio significativo en la percepción del poder adquisitivo”. Además, recalcó que las exenciones que antes mitigaban el impacto fiscal han sido eliminadas, dejando a los trabajadores formales con una mayor carga tributaria.