Por primera vez en meses, la inflación en alimentos y bebidas mostró un respiro en la cuarta semana de enero de 2025. Según un informe de la consultora LCG, los precios de este rubro registraron una caída del 0,4%, la más pronunciada desde abril de 2024.
Este descenso contrasta con las tres semanas anteriores, en las que los precios habían mostrado un incremento constante. Aunque esta baja representa un alivio para los hogares, se espera que el mes cierre con una suba promedio del 2% en los alimentos y bebidas, reflejando la persistencia de presiones inflacionarias en el sector.
Variaciones por categorías
Entre los rubros que experimentaron los mayores descensos, destacan los azúcares, miel, dulces y cacao, con una disminución del 2,7%. Las verduras registraron una baja del 1,9%, mientras que los productos lácteos y huevos retrocedieron un 1,8%. Por su parte, las frutas cayeron un 0,9% y los productos de panificación, cereales y pastas disminuyeron un 0,4%.
Sin embargo, algunas categorías mostraron aumentos. Los condimentos y otros productos alimenticios lideraron las subas con un 1,8%, seguidos de las bebidas e infusiones para el hogar que incrementaron un 0,5%. En tanto, las carnes aumentaron un 0,3%, los aceites un 0,2% y las comidas listas para llevar un 0,1%.
Tendencias de inflación en 2024
El año pasado, los alimentos acumularon una inflación del 94,7%, un 23% menos que la inflación general, que fue del 122%. Según un informe de Coninagro, los productos que lideraron las subas interanuales fueron el limón, la leche y el queso. Por otro lado, el azúcar, la naranja y el arroz registraron las menores variaciones de precio. En diciembre de 2024, los alimentos subieron un 2,2%, manteniéndose por debajo de la inflación general del mes, que alcanzó el 2,7%.
Un dato alentador, pero insuficiente
La caída en los precios de alimentos durante la última semana de enero representa un dato positivo en un contexto de alta inflación que afecta a los hogares argentinos. Sin embargo, los desafíos estructurales persisten, y será clave monitorear si esta desaceleración se convierte en una tendencia sostenible o si responde a factores estacionales.
Mientras tanto, el impacto de los precios de los alimentos sigue siendo central, no solo en la inflación general, sino también en la Canasta Básica Alimentaria, que determina el nivel de pobreza en el país. Para los próximos meses, se espera que las medidas macroeconómicas implementadas por el Gobierno comiencen a mostrar resultados más significativos en la contención de los precios.
