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ECONOMÍA

La ANSES informó de cuánto será la jubilación mínima para febrero y el aumento luego del último dato de inflación

Al incremento del 2,7%, siguiendo el dato de inflación, se le sumará el ya conocido bono extraordinario de $70.000.

Jubilados

En febrero de 2025, los jubilados y pensionados del sistema previsional argentino recibirán sus haberes ajustados de acuerdo con la movilidad jubilatoria basada en la inflación. Este aumento del ANSES, implementado mediante un decreto en abril de 2024, establece incrementos mensuales en lugar de trimestrales, siguiendo el índice de precios al consumidor (IPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Con el incremento del 2,7% correspondiente a la inflación de diciembre de 2024, la jubilación mínima se fija en $273.086,50. Además, se mantiene el bono extraordinario de $70.000, lo que eleva el monto total mínimo a $343.086,50. La evolución de las jubilaciones mínimas ha mostrado un aumento interanual significativo, ubicándose un 27,6% por encima de los valores de febrero de 2024.

En aquel entonces, los haberes no se actualizaron durante los primeros meses del año, a pesar de una inflación acumulada del 71% entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, lo que marcó una caída histórica en el poder adquisitivo de las jubilaciones. Con la implementación de la nueva fórmula en abril de 2024, que incluyó un ajuste inicial del 12,5%, comenzó una recuperación gradual. Sin embargo, las jubilaciones mínimas en febrero de 2025 siguen siendo un 3,8% inferiores a las de noviembre de 2023, último mes completo de la gestión anterior.

El congelamiento del bono y su impacto en los beneficiarios

El bono extraordinario de $70.000, implementado desde marzo de 2024, se mantiene congelado en su valor. Este beneficio es percibido completamente por quienes cobran la jubilación mínima y parcialmente por aquellos cuyos ingresos están por debajo de $343.086,50. Por ejemplo, un jubilado con un haber de $300.000 recibe un bono de $43.086,50 para alcanzar ese umbral. Aunque el bono ha sido crucial para sostener el poder adquisitivo, su valor ha sufrido una caída del 33,6% en términos reales debido a la inflación acumulada desde su implementación.

Mientras las jubilaciones mínimas con bono han experimentado un aumento interanual del 27,6% en términos reales, las jubilaciones superiores han tenido un mejor desempeño, con un incremento del 54,46% interanual y un nivel 9% superior al de noviembre de 2023. La diferencia radica en que los beneficiarios con haberes superiores no reciben el bono extraordinario, lo que elimina el impacto negativo de su congelamiento.

La nueva fórmula de movilidad: ventajas y desafíos

La fórmula de movilidad jubilatoria vigente desde abril de 2024 reemplazó al sistema anterior que otorgaba aumentos trimestrales basados en el crecimiento de los salarios y la recaudación previsional. Ahora, los ajustes se realizan exclusivamente según el IPC, con un rezago de dos meses. Por ejemplo, la inflación de diciembre de 2024, del 2,7%, se aplica a los haberes de febrero de 2025. Este esquema busca garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo, aunque el rezago sigue siendo un desafío en contextos de alta inflación.

La actualización mensual impacta todas las prestaciones previsionales administradas por la ANSES. La jubilación mínima, con el bono extraordinario, totaliza $343.086,50. La jubilación máxima asciende a $1.837.613,62. La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) alcanza $288.469,20 al sumar el bono, mientras que las Pensiones No Contributivas (PNC) por invalidez o vejez llegan a $261.160,55.

Un cambio significativo en la dinámica previsional

El nuevo esquema de movilidad mensual ha cambiado significativamente la dinámica de las jubilaciones en Argentina. Antes de esta modificación, los aumentos trimestrales acumulaban mayores pérdidas frente a la inflación. Ahora, los ajustes se realizan en función de los datos reportados por el INDEC y tienen efecto un mes después de su publicación. Sin embargo, el retraso de dos meses entre el registro de inflación y su aplicación sigue siendo un desafío, especialmente en un contexto de alta volatilidad económica.

El bono extraordinario requiere ajustes periódicos para evitar su deterioro en términos reales. Según cálculos recientes, debería incrementarse a $105.472 para compensar la pérdida de poder adquisitivo acumulada desde marzo de 2024. El congelamiento del bono afecta principalmente a los jubilados con haberes mínimos, mientras que quienes perciben montos superiores no experimentan este impacto directo. En este contexto, garantizar la sostenibilidad del sistema previsional y la equidad en los ajustes sigue siendo un desafío clave para el gobierno.