En los primeros once meses del 2024, los despachos de yerba mate desde los molinos hacia las góndolas de la Argentina sumaron 238 millones de kilos, el menor volumen desde 2016. Esta cifra representa una caída de casi 25 millones de kilos (11%) en comparación con el mismo período de 2023, cuando se alcanzó un récord de 262,9 millones de kilos. Sin embargo, las exportaciones crecieron 13% y van camino a perforar el número histórico.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), el 2024 marcó un año de contrastes para la industria de la yerba mate en la Argentina. Mientras las ventas en el mercado interno registraron una de las cifras más bajas de los últimos años, las exportaciones crecieron un 13%, con 41,2 millones de kilos enviados al exterior hasta noviembre de 2024. Aún faltan computar los datos de diciembre, pero el sector anticipa un nuevo récord anual en los mercados internacionales.
El escenario interno refleja dificultades para los productores. Desde que el presidente Javier Milei asumió el poder, el INYM perdió la facultad de fijar precios mínimos para la hoja verde y la yerba canchada. Además, el organismo se encuentra acéfalo desde hace más de un año, dejando a los pequeños y medianos productores en una situación de vulnerabilidad frente a los grandes molinos que fijan las condiciones de compra.
En zonas productoras como Misiones, los chacareros enfrentan precios en caída. En algunas áreas, el kilo de hoja verde se paga 180 pesos, una cifra que no alcanza para cubrir los crecientes costos de producción. A pesar de la cosecha récord de 968,2 millones de kilos de hoja verde, los productores medianos y pequeños ven mermadas sus ganancias y luchan por mantenerse a flote.
Problemas en Misiones con la yerba mate
Desde el Gobierno de Misiones han pedido a la Secretaría de Agricultura que normalice el funcionamiento del INYM. Funcionarios provinciales advierten que el mercado yerbatero funciona como un oligopsonio, en el que pocos compradores imponen precios, afectando a más de 12.000 productores que dependen de esta actividad.
Las tensiones se reflejaron en protestas recientes en San Pedro, donde los yerbateros cortaron rutas y restringieron la cosecha de verano en busca de mejores condiciones. Aunque en otras regiones se avanzó con la “zafriña” para cubrir costos básicos, el futuro del sector dependerá de medidas que equilibren el poder entre productores y compradores, al tiempo que se aprovecha el impulso de los mercados internacionales.