En busca de mayor flexibilidad y dinamismo en las transacciones comerciales, el Banco Central (BCRA) y el Ministerio de Economía han anunciado cambios significativos para implementar un esquema bimonetario en la economía argentina. Este nuevo sistema facilitará tanto la exhibición de precios en dólares como el uso de tarjetas de débito para realizar compras en esa moneda, a partir del 28 de febrero.
Estas iniciativas buscan promover el consumo, permitir la utilización de dólares ingresados a través del blanqueo y reactivar sectores clave de la economía. A continuación, los detalles principales de esta nueva normativa.
Precios en dólares: habilitados para todos los productos y servicios
La Secretaría de Comercio permitirá que los precios puedan exhibirse en dólares, además de pesos. Esta medida modifica una normativa vigente desde 2002 que restringía la exhibición en moneda extranjera a un rol secundario.
A partir de ahora, los valores en dólares podrán mostrarse con igual relevancia visual que los precios en pesos. Sin embargo, la adopción será optativa para los comercios. Según fuentes oficiales, esta medida estará inicialmente enfocada en sectores tradicionalmente dolarizados, como la venta de inmuebles, vehículos y embarcaciones, y no en productos de consumo cotidiano.
Pagos en dólares con tarjeta de débito
El BCRA ha dispuesto que, desde el 28 de febrero, los pagos con tarjeta de débito en dólares estarán habilitados en los comercios que decidan adoptar esta modalidad. Los consumidores podrán elegir entre pagar en pesos o en dólares al momento de realizar una compra.
Esta medida será obligatoria para los bancos, administradoras de tarjetas y empresas adquirentes como Fiserv, Mercado Pago, Payway y Getnet, quienes ya están trabajando en las adaptaciones necesarias para implementar este sistema. No será necesario emitir nuevas tarjetas; las tarjetas de débito existentes, vinculadas a cuentas en dólares, podrán utilizarse directamente.
Funcionamiento de los pagos en dólares
El nuevo sistema no implicará ninguna conversión de moneda. Los pagos se realizarán directamente en dólares desde la caja de ahorro del cliente. Para los comercios, los costos de las operaciones serán los mismos que en las transacciones en pesos, y recibirán los montos en dólares directamente en sus cuentas.
Los comercios interesados deberán gestionar la apertura de cuentas en dólares, un proceso que, según el BCRA, los bancos deberán agilizar. Aunque la adopción será opcional para los comercios, se espera una alta aceptación en sectores donde el dólar ya juega un rol central en las operaciones.
Competencia de monedas en el mercado local
El objetivo de esta normativa es fomentar una mayor competencia entre monedas en el mercado argentino, permitiendo que tanto pesos como dólares sean utilizados de manera cotidiana. Esto busca dinamizar el consumo sin generar presión sobre el mercado cambiario, ya que no se tratará de operaciones de conversión.
Además, los desarrollos tecnológicos en los sistemas de pago garantizarán la interoperabilidad y la seguridad en las transacciones, facilitando su implementación.
Uso de dólares del blanqueo para reactivar el consumo
Un punto central de la normativa es facilitar la utilización de los dólares regularizados mediante el blanqueo de capitales. Aunque las Cuentas Especiales para la Regularización de Activos (CERA) no podrán utilizarse directamente para pagos, los usuarios podrán transferir fondos a cajas de ahorro en dólares comunes, lo que les permitirá gastar esos montos en bienes y servicios.
La Secretaría de Comercio también habilitará que los comercios puedan aceptar pagos en dólares a través de transferencias bancarias o en efectivo, ampliando aún más las opciones para los consumidores.
Impacto esperado
Estas medidas representan un paso importante hacia la bimonetización parcial de la economía argentina. Se espera que el nuevo esquema permita una mayor flexibilidad en las transacciones, impulse el consumo y dinamice sectores clave, especialmente aquellos donde el dólar ya es una referencia central. Además, busca dar un uso práctico a los dólares del blanqueo, integrándolos a la economía real.
